Luis Gilberto Ramírez Calle

Por: Luis Gilberto Ramírez Calle*

El liderazgo ha estado presente en diversos personajes de la sociedad que han logrado mover a grupos pequeños como grandes masas. Desde la Grecia de ayer, lo más común ha sido enfocarse en un sólo líder y sus características. En principio se planteó que los líderes nacen y no se hacen; que cuentan con características innatas de inteligencia, intuición, capacidad, previsión, integridad, que les permiten enfrentar temas de urgencia, y la pronta y adecuada gestión de procesos e imprevistos. Luego, que el liderazgo no es una cualidad innata, los líderes aprenden a serlo. Otros han dicho que es una habilidad del comportamiento, por lo que se puede aprender a desarrollar por sí mismo. Que es un proceso que se adquiere, que implica destrezas y habilidades. Que el aprendizaje garantiza la obtención de numerosas destrezas, que el líder podrá poner en práctica en inimaginables situaciones, lo que, en cierto modo, garantizará una actuación más acertada.

El liderazgo democrático o participativo, es un estilo de liderazgo que permite crear mayor compromiso con la organización pues se centra en los subordinados involucrándolos en la toma de decisiones, delegando autoridad y utilizando la retroalimentación como un medio para dirigir y corregir errores. Se procedió hacer una búsqueda bibliográfica en las bases de datos sobre el concepto y características del liderazgo y liderazgo democrático. A partir del análisis de diversos puntos de vista enfocados a éste tema se concluye que el liderazgo democrático facilita la integración, fomenta el trabajo en equipo, permite la participación activa en la toma de decisiones mediante el dialogo y por tanto incrementa la satisfacción en el trabajo, el desarrollo profesional y mejora la calidad de las decisiones para alcanzar los objetivos propuestos.

Desde el inicio de los tiempos, se han destacado personas capaces de inspirar, influir y guiar a grupos de personas para lograr un propósito en común. Estas personas se las conoce como líderes. Inspiran ellos confianza y seguridad a un grupo de personas quienes por decisión unánime lo escogen para que esté al frente de un equipo, organización o sociedad y mediante sus decisiones y trabajo en conjunto poder cumplir con los objetivos trazados. El liderazgo es indispensable para guiar a las organizaciones y los recursos humanos hacia objetivos estratégicos; también es vital ya que da la posibilidad de contar con los mejores recursos, buena planificación, control y supervisión, pero si no se tiene un líder apropiado es difícil que sobreviva la organización.

El estilo de liderazgo influye sobre la conducta de los individuos, así como en los procesos de trabajo grupal, el clima social y los resultados. Surgen del uso que los dirigentes dan a la autoridad que poseen, siendo significativo entre ellos, el liderazgo democrático o participativo, el cual se centra en los subordinados, es decir los involucra en la toma de decisiones, delega autoridad y emplea la retroalimentación como una oportunidad para dirigir, sin dejar a un lado su opinión.

Un líder es democrático cuando fomenta el trabajo en equipo, el diálogo, los acuerdos por consenso, el cumplimiento de los deberes de todos los miembros del grupo, no actúa de manera individual, sino que lo hace con el equipo y en su representación. La participación como estilo, permite tener mayor compromiso de los trabajadores con la organización, generando mayor motivación para alcanzar los objetivos planteados y facilitar la integración del factor humano, incrementando la satisfacción en el trabajo, el desarrollo profesional, la actitud positiva de las personas hacia sus dirigentes y mejorando la calidad de las decisiones para alcanzar los objetivos propuestos.

Cuando se permite la participación en la toma de decisiones se está llevando a cabo un entrenamiento para mejorar la habilidad en la toma de decisiones futuras, no solo se limita en ejecutarlas. Al formar parte en el proceso de toma de decisiones los miembros del equipo pueden desarrollar sus relaciones interpersonales y el sentimiento de pertenencia en el grupo. Otro beneficio relacionado con el desarrollo personal mediante la participación es la autodirección, que permite el incremento de la autoconfianza de los participantes del equipo.

El liderazgo democrático se caracteriza en promover la participación de todo el grupo de trabajo, mediante el diálogo, entusiasmo y compromiso. El líder debe tener en cuenta todas las opiniones de su grupo de trabajo, facilitar la comunicación, delegar tareas y confiar en la capacidad de su grupo, fomentar su participación sin marginación alguna, enfocarse en un objetivo en común y estimular el sentido de pertenencia de la empresa. Es este un liderazgo positivo, ya que facilita llegar a decisiones de calidad.

*General (r) Ponal. Administrador. Asesor y Consultor en Seguridad, Inteligencia y Defensa Nacional. Abogado. Especializado en Derecho Administrativo

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