SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Conocidos los resultados electorales de Congreso, Presidencia y Vicepresidencia de la República, en las que estuvimos llamamos en contexto de democracia a participar en las urnas para decidir a quienes poníamos al frente de la toma de las decisiones nacionales y, a la vez, más importantes para el desarrollo patrio y por ende de nuestras vidas, ya empiezan a hacerse cábalas, si es que han cesado, respecto de lo que vendrá para el país, a lo que se suma de igual manera en cuanto a expectativas, las realizaciones que podrán ser de las ya conocidas conformaciones de las mesas directivas del legislativo y los nombramientos de ministros y demás funcionarios de alto rango nacional, como son departamentos administrativos, institutos descentralizados, unidades especiales y superintendencias, entre otros.

Como un apasionado irredento de la cosa pública en todos sus niveles situaciones y circunstancias, me acerco a este asunto de lo que vendrá para la nación con prudencia manifiesta y hacerme a la idea que serán para todos contextos edificantes. Que se ahondará en los asuntos más importantes, prioritarios y urgentes que requerimos como colectividad. Que muchas cosas se tendrán que recomponer. Que demagogia, populismo, estatismo y autoritarismo no habrá. Que no tendremos un gobierno sustentado solo en buenas intenciones, sino en las capacidades mejores de los colombianos en camino de solución a sus principales y más sentidas necesidades. Que igualmente se atenderán fielmente las propuestas que mejor convengan a la realidad nacional.

Que si bien no es ni será lo cual tarea fácil, debe enmarcarse todo lo que realizarse deba en beneficio de la comunidad en espacios políticos de respeto, en relación con las más de las asociaciones, gremios, organizaciones y demás de las fuerzas vivas, partidos, grupos y movimientos políticos que actúen e interactúen en el país, para que así podamos decir con los días que lo cierto debe ser identificar claramente un liderazgo fuerte, con pleno control de partidos y agrupaciones en el proceso democrático, lo que indiscutiblemente resultara conveniente para nuestro desarrollo, crecimiento, bienestar, prosperidad e integral progreso.

En definitiva, es este el panorama político en que nos encontramos y que bien sabemos estamos ante un periodo lleno de incógnitas aún por despejar, y que aspiramos y esperamos que sea satisfechas favorablemente, a fin que sea nuestra diversidad un haz de voluntades en provecho colectivo, que es en esencia lo que más interesa como ciudadanía y comunidad.

*Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual. saulherrera.h@gmail.com

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