Blaicer Moreno Córdoba

Por: Blaicer Moreno Córdoba*

Los líderes democráticos deben en esencia delegar autoridad y compartir el control, tomar las decisiones en conjunto y delegar funciones, otorgar confianza al grupo y apoyarse en los seguidores para dictar las pautas; y, emplear la retroalimentación y corregir los errores para incentivar. Un liderazgo democrático se determina por características tales como involucrar a los subordinados en el proceso de toma de decisiones, los líderes deben estar constantemente tratando de obtener el consentimiento de los subordinados antes de implementar los cambios, lideres y subordinados deben reunirse para discutir los problemas relacionados con las actividades, los lideres debe informar al grupo sobre temas relevantes, el progreso, relaciones con otros grupos y así sucesivamente; así mismo, explicar sus intenciones y la situación actual; tomarse el tiempo para escuchar a los miembros del grupo e interesarse por los sentimientos y las ideas de los miembros del grupo.

Importante es también que el liderazgo participativo cuente el tratamiento de conflictos cuando se presenten, dado que el consenso es un factor indispensable en este tipo de liderazgo, mantener en alto la motivación, pedir opiniones y aceptar las sugerencias, lo que permite que el equipo se sienta parte del proceso; hacer esfuerzos comunes, ya que el esfuerzo que aporta cada miembro del grupo forma parte de una cadena de acciones para alcanzar los objetivos compartidos, y, fomentar la responsabilidad, vital para entender el papel que desempeñan dentro del conjunto y guiar dichos esfuerzos.

Un líder es democrático cuando fomenta el trabajo en equipo, el diálogo, los acuerdos por consenso, el cumplimiento de los deberes de todos los miembros del grupo, no actúa de manera individual, sino que lo hace con el equipo y en su representación. La participación, como estilo de dirección, permite tener mayor compromiso de los seguidores, generando mayor motivación para alcanzar los objetivos planteados y facilitar la integración del factor humano en la organización por consiguiente incrementa la satisfacción en el trabajo, el desarrollo profesional, la actitud positiva de los seguidores hacia sus dirigentes y mejora la calidad de las decisiones para alcanzar los objetivos propuestos.

Cuando se permite la participación en la toma de decisiones se está llevando a cabo un entrenamiento para mejorar la habilidad en la toma de decisiones futuras, no solo se limita en ejecutarlas. Al formar parte en el proceso de toma de decisiones los miembros del equipo pueden desarrollar sus relaciones interpersonales y el sentimiento de pertenencia en el grupo. Otro beneficio relacionado con el desarrollo personal mediante la participación es la autodirección, que permite el incremento de la autoconfianza de los participantes del equipo.

En síntesis, podemos decir que el liderazgo democrático se caracteriza en promover la participación de todo el grupo de trabajo, mediante el dialogo, entusiasmo y compromiso. El líder debe tener en cuenta todas las opiniones de su grupo de trabajo, facilitar la comunicación, delegar tareas y confiar en la capacidad de su grupo, fomentar su participación sin marginación alguna, enfocarse en un objetivo en común y estimular el sentido de pertenencia. Evidentemente el liderazgo democrático es positivo para llegar a decisiones de calidad.

*Administrador de Empresas. Especializado en Proyectos de Desarrollo. Asesor y Consultor Político y Empresarial. amerlyng@gmail.com

TEMA ENLAZADO: LIDERAZGO DEMOCRÁTICO (I)

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