Carlos florez sarmiento- abogado

Por: Carlos Flórez Sarmiento*

El vocablo seguridad, deriva del latín securĭtas, -ātis, que significa certeza o conocimiento claro y seguro de algo. Es sin duda alguna la característica de algo o alguien que es o está seguro. Se le puede identificar con certidumbre, confianza, convicción, evidencia, convencimiento y fe; en oposición a inseguridad, desprotección, desamparo, vacilación. También la refieren expertos, como una medida de asistencia, subsidio o indemnización, en la que juegan aspectos tales como estabilidad, garantía, protección, asilo, auxilio, amparo, defensa, fianza.

Debe ser y darse la seguridad, en beneficio y aprovechamiento de las personas, un todo exitoso de esperanza, lo mismo que real, eficiente, eficaz, majestuosa. No es invento ninguno que es grave sobremanera la alarmante situación de inseguridad e intranquilidad que estamos viviendo y padeciendo los colombianos en campos y ciudades. Bogotá, por ejemplo, donde campea oronda, a sus anchas, en los más de los rincones de todos los estratos. Requiere ella, la seguridad, ser acompañada por la ciudadanía, por entendidos versados en la materia, quienes, desde su acervo máximo de conocimientos, estudios, investigaciones y análisis, puedan identificar los ajustes, cambios y transformaciones mejores en la prestación de su servicio, focalizándose de contera en articulaciones que definan ejes centrales de y para la vigilancia de la comunidad en su conjunto.

Es tener como uno de los principales objetivos la cohesión social, misma que debe arropar a los organismos instaurados para el efecto, con el propósito cierto de generar más cercanía con la colectividad y captar de ella información, ojalá necesaria y suficiente por demás, que le permita a la Fuerza Pública, especialmente a la Policía, conocer las problemáticas, debilidades, oportunidades, amenazas y fortalezas de la comunidad puesta bajo su resguardo; lo que es indispensable identificar, independientemente del programa que se adopte o de los mecanismos que se escojan y acojan para tal fin.

De la mano de lo cual, deben abrirse espacios institucionales para la capacitación y actualización de esta significativa asignatura en su factor humano en los más diversos y variados soportes del saber, entre ellos la tecnología, criminología, informática y relaciones humanas, lo que debe socializarse con los pobladores de las áreas rurales y citadinas, especialmente aquellas donde la inseguridad es mayor.

En esto de la seguridad, comprendido como un valor fundante de grande significación, interesa la motivación institucional y de todos, como compromiso, hacer, cooperación y solidaridad; de ahí la importancia que sean extendidas sus miras y se estructuraran en lo posible centros de formación en esta dirección, que fomenten, impulsen y determinen las soluciones pertinentes de conflictos y problemáticas donde las hubieren; en lo que ayudará en inmensa medida el compromiso de gremios, comerciantes, empresarios, industriales y demás otros, como parte activa de una cruzada de esta naturaleza e importancia, que abrace instituciones y comunidad en general; en la verdad que debe lucharse de manera permanente, continua y con definidos bríos, contra todo asomo delincuencial de distinta naturaleza, origen y propósito, lo que categóricamente impone multiplicar la inteligencia, robustecer la operatividad y apoyarse en la justicia, para dar así con mayor eficacia pronta, cumplida, eficiente y efectiva respuesta al anhelo ciudadano, que ve en la seguridad un principio de solución a sus problemas y problemática territorial.


*Carlos Flórez Sarmiento. Abogado. Especializado en Derecho Administrativo. Magister en Seguridad. Ex Edil de Usaquén. Candidato al Concejo de Bogotá

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