Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

Continúo tratando con la problemática que se sigue generando alrededor del mundo con las discusiones sobre el tema del cambio climático y sus repercusiones sobre la estabilidad de la naturaleza, como lo expongo en el titular de la presente reflexión que les comparto.

Lamentablemente como sucede actualmente en casi todos los escenarios con debates y confrontaciones entre ambientalistas, científicos y los intereses económicos de las grandes multinacionales, en especial de las que controlan la producción y explotación comercial de los combustibles fósiles sobre el manejo de la información generada desde uno u otro sector encargado de divulgarlas, queda uno con muchas dudas e inquietudes, por cuanto la denunciada gravedad que se cierne sobre el futuro de nuestra civilización por cuenta del cambio climático, es totalmente cuestionada y desmitificada por sus detractores, como acontece por citar alguno, con el reciente informe del GREENHOUSE GAS FORCINGS ON EARTH´S CLIMATE, que sostiene que el calentamiento global no existe. Y para sintetizar su postura, dice que el alcance del cambio climático, es parte de un proceso cíclico normal de la naturaleza y además, plantea que es mejor dedicar nuestros esfuerzos a reducir la producción industrial de plásticos de un solo uso, polvos y basuras, como acontece con el vulgarmente llamado “parche de basuras del Pacifico”, o como se desprende de la declaración del presidente de la Academia Americana de Ciencias, Frederick Zeitz, quien dice que: “no hay pruebas científicas concluyentes de que las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono, metano u otros gases de efecto invernadero estén causando o puedan causar un calentamiento catastrófico de la atmosfera de la tierra y la destrucción de su clima en un futuro previsible.”

Las anteriores declaraciones son completamente contradictorias frente a las reiteradas alertas de otros muchos expertos y científicos al servicio de reconocidos centros ambientalistas, que insisten en planteamientos totalmente contrarios, recogiendo como pruebas irrefutables fenómenos inocultables que ahora observamos con frecuencia alrededor de todo el mundo, como son el hecho de que: “no hemos conseguido reducir la emisión de gases con efecto invernadero, ni la capa de ozono, pero el cambio climático si nos muestra sus índices de calentamiento global, con afectación de los balances atmosféricos, la desaparición progresiva de los nevados, los cambios bruscos de las estaciones, los nuevos recorridos de los huracanes y ciclones, los incendios forestales descontrolados, etc.” Y adiciono otros ejemplos como lo son el gradual aumento del nivel del mar, que en las tres últimas décadas ha hecho desaparecer multitud de islas pequeñas del archipiélago de las Salomón y otras en el océano Indico, las inundaciones descontroladas por causa de las lluvias en Asia y otras partes del mundo, sin ir tan lejos, las que tenemos las de Colombia; o al revés, la escases de este vital líquido en los países nórdicos, donde antes el servicio era gratuito y ahora está siendo controlado, la alarmante sequía en Londres del famoso río Támesis.

En fin, insistir con lo expuesto de mi parte en el artículo anterior, cuando me referí a: “los peligros de invadir los ambientes naturales de las selvas tropicales vírgenes, dado que se desconocían sus condiciones y balances biodiversos de sus hábitat, porque el apoderarse de dichos espacios sin estudios previos, exponía no solo a la desaparición de mucha fauna, no sólo por la pérdida de sus ambientes naturales, sino porque los mismos seres humanos, asumen riesgos al irrumpir y alternar con sitios geográficos desconocidos, insanos, quedando expuestos a infecciones no conocidas, como puede ser el mismo Covid-19” y ahora la epidemia de la viruela símica o virus del mono.”

Termino citando la polémica desatada por declaraciones de Stuart Kirk, director de inversiones responsables del banco HSBC, cuando dijo que no debíamos preocuparnos demasiado por los riesgos del cambio climático y planteó que: “¿A quién le importa que Miami esté a 6 metros bajo el nivel del mar en 100 años? Si Ámsterdam ha estado 6 metros bajo el agua desde hace años y es un lugar muy bonito. Ya nos las arreglaremos.” “¿Por qué tanto alboroto, si no es para tanto que el planeta se caliente uno o dos grados?”. (Tomado de EL ESPECTADOR, mayo 28/2022 – “LA CRISIS YA ESTÁ AQUÍ.”).

*Rafael Robles Solano. Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

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