Economista Omar Escobar

Ec. Esp. Omar Escobar.

En el artículo anterior se hizo una revisión de los principios ideológicos del partido liberal colombiano, hoy le corresponde al glorioso partido conservador; ideologías presentes en la actualidad, pero poco revisadas por sus propios seguidores. En relación con los del partido conservador colombiano, la actúa posición ideológica responde a la declaración programática de José Eusebio Caro y Mariano Ospina Rodríguez del 4 de octubre de 1849, cuyos principios (entre comillas), se basan en una concepción humanista y cristiana, dando prevalencia a las ideas y las instituciones las cuales están por encima de la materia… de allí que la “moral cristiana y sus doctrinas civilizadoras” son la espada en contra del materialismo y el ateísmo.

Si nos remontamos al siglo XIX, para el conservador “Dios es el centro del universo” por ende la “moral cristiana es universal”. Para el Estado Conservador, la defensa a ultranza de la propiedad privada como parte de una “Ley natural de la humanidad” es un principio absoluto e indiscutible. Pero más que todo, y hace más de un milenio, desde El Vaticano como la Corona Española, tal semilla fue implantada de manera brutal en la sociedad occidental. Para el conservador ortodoxo no hay leyes sociales, es decir la propiedad privada no es categoría socioeconómica, sino que deriva de una ley natural y por ende divina – así, el mundo es creado por dios y administrado por sus elegidos -. Si con el platonismo, todo se basa en las ideas, con el idealismo alemán, se da mayor peso a la razón y dado que es humana, “no es absoluta, tiene límites”, pues el “hombre es libre de hacer el bien o el mal”, quedando en vilo “los valores éticos universales y la dignidad” y como no la tan pregonada “seguridad humana integral”.

Laureano Gomez declarado fascista y cristiano y Alvaro Uribe
Laureano Gomez declarado fascista y cristiano y Alvaro Uribe

En el siglo pasado, Laureano Gómez, declarado fascista y cristiano, simpatizante del nazismo alemán y anticomunista. Su postura psicológica llevó a nuestros soldados campesinos a pelear por la supuesta democracia en Corea en los años 50-53. En realidad, defendieron la expansión geopolítica y económica de USA, menos la de Colombia; único país hispano y pobre participando en guerras ajenas. Hoy en día, el legado del fascismo cristiano se ve reflejado en el simbolismo, reglas y principios de las fuerzas armadas, colegios religiosos, asociaciones políticas cristianas, entre otras. Por ello, a veces ni dios ni la razón son suficientes, pues “los grandes maestros son la civilización, la cultura y la tradición”. Una afirmación que resta importancia al “alma mater y a la investigación científica” como orientadores en la formación de un pensamiento crítico.

La derecha colombiana tiene como guía espiritual, a su homóloga que reside en EEUU, donde la derecha estadounidense comprende las instituciones consustanciales al sistema, comprometidas con las élites del poder, incluyendo el partido republicano y sociedades civiles como la Sociedad John Birch, la Asociación Nacional del Rifle, el Ku-Klux-Klan, el movimiento de identidad cristiana y movimientos de derecha evangélica. Estos grupos, no solo son el reflejo de su violenta ideología, también han influenciado en la política exterior norteamericana, imprimiendo rigidez y contradicciones, como la prohibición del consumo de sustancias psicoactivas, pero no en el comercio de armas, lo que ha propiciado la violación de la soberanía e injerencia en el resto del mundo; un claro ejemplo, golpe de Estado en Chile, invasión a Irak, Libia, entre tantos.

Frente al contexto actual, en el ámbito ideológico político, y al igual que el liberalismo, consideran que para mejorar la calidad de vida y garantizar los derechos ciudadanos, el instrumento ideal es el respeto al estado de Derecho. Destaca el fortalecimiento de las instituciones públicas, el acatamiento de la Ley y la presencia del Estado en todos los rincones del país para atender todo tipo de necesidades de la población, incluido los marginados y minorías olvidadas. En el campo político-económico, el conservatismo aparte de su apego enfermizo a lo material en defensa propiedad privada, contemplan algunos principios como mantener la “autoridad fuerte” para preservar “el orden social, constitucional, la autonomía y la tradición”; mano dura contra “las masas y sus vías de hecho”. Son pocos amigos de la separación entre poder civil y religioso, y menos del matrimonio homosexual y el aborto. Rechazan “el robo y la usurpación ejercida por los comunistas” de allí que la “seguridad” es el arma contra esas barbaridades… “la civilización en contra de la barbarie”. “Libertad racional contra la opresión y el despotismo”.

En resumen, el conservatismo defiende el fortalecimiento del Estado para ejercer seguridad y autoridad, muy parecido al marxismo autoritario solo con la diferencia en que éste defiende la propiedad estatal y el ateísmo. Pero si resulta curioso que más de 90 dictadores de Sur América, fueron católicos a ultranza y comunistas ortodoxos, causando grandes atropellos a la libertad y a los derechos humanos. Es un fenómeno de la psicología social para analizar.

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