Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
Como no puede ser de otra manera, tenemos que mirar de frente al porvenir, NO MÁS EXCUSAS. Igualmente, dejar atrás los momentos de radical incertidumbre, tomar el camino del optimismo, las medidas que necesarias sean y nos a ayuden a escribir una historia feliz en la que converjan los mejores augurios y desarrollo y avances, en lo que ayudará la inversión en sólidos fundamentos económicos y la cooperación nacional e internacional, última esta que dejamos de lado normalmente.
Hay que propiciar la inversión en sólidos fundamentos económicos, toda vez que nos encontramos en un contexto signado y caracterizado por perspectivas de crecimiento débil a mediano plazo, resultando esencial en consecuencia implementar políticas y reformas adecuadas y construir cimientos económicos firmes a través de sólidas políticas, en lo que se impone en manera fundamental la estabilidad de precios, prerrequisito indudable para el crecimiento y protección de las personas, especial a los más necesitados; lo mismo y de manera importante, primordial y urgente, lo atinente a la lucha contra la inflación, de la que se ha dicho siempre es la más salvaje de las “cargas impositivas”.
Igualmente, velar por la salvaguarda de la estabilidad financiera, ya que soportamos altas tasas de interés en más tiempo y endurecidas están las condiciones financieras que afectan mercados, bancos y entidades no bancarias, lo que debe supervisarse a tope, en lo que colabora una política fiscal prudente, ya que deuda y déficits se colocan por encima de los niveles antes de la pandemia, siendo hora de restablecer el margen de maniobra fiscal, debiéndose gubernamentalmente tomar las decisiones mejores, priorizar gasto, dotar de marcos fiscales creíbles a mediano plazo e implementar reformas que transformen cierta y positivamente, en vía a fomentar crecimiento a mediano plazo.
De igual manera, mejorar la gobernanza para que ayude a combatir la corrupción, combinar correctamente reformas que impulsen el comercio, mejore el acceso al capital y de una mayor participación a la fuerza laboral, especial por parte de las mujeres y tener en cuenta que la inversión más rentable es en las personas, especialmente en la educación para preparar a los jóvenes para el empleo y el trabajo de mañana, lo que lograrse debe atrayendo capital nacional y extranjero. Aspecto fundamental en esto, es la búsqueda y procura de inversión en cooperación internacional, al tiempo de crecer inclusiva y sosteniblemente.
Es darnos ágiles respuestas, afrontar las crisis por mayores y complejas que sean, reforzarnos, asegurarnos financieramente para seguir llevando a cabo la función de reforzar la institucionalidad incrementando nuestros recursos permanentes, potenciando nuestra capacidad, trabajando para adaptar nuestra estructura gubernamental para que refleje mejor nuestra composición y los cambios dinámicos en lo económico, esfuerzos que de darse debemos apoyar, en la certeza que solo juntos podremos abrir las puertas de las oportunidades para las generaciones por venir.
* rubenceballos56@gmail.com – Jurista
TEMA ENLAZADO: LA ESPERANZA DE SER BIEN GOBERNADOS (I)