MÉDICO HERNANDO RAFAEL PACIFIC GNECCO

Por: Hernando Pacific Gnecco*

En medio de muchísimas diferencias, Italia y La Florida tienen ciertos parecidos. Penínsulas localizadas en una latitud meridional similar, soleadas buena parte del año, rodeadas de mares prodigiosos, paisajes espléndidos, buena pesca y óptimos lugares para personas mayores. Pero hay otra similitud dolorosa: son puertas clandestinas de inmigrantes ilegales; unos de Cuba y Centroamérica, y otros de África, el Medio Oriente y de países europeos en conflicto o con cualquier desgracia mayor. Rumania, Albania, Marruecos y, ahora, Ucrania y China, son los orígenes de estas personas.

Ha sido tal la avalancha de inmigrantes ilegales a Italia que la primera ministra Giorgia Meloni decretó un estado de emergencia migratoria para hacer frente a esa situación; la pasada semana, en solo tres días, se registró la llegada a las costas italianas de más de 3000 refugiados rescatados en el mar. Según el ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, Nello Musumeci, el problema incumbe a toda Europa; Italia no puede gestionar la llegada de 1000 inmigrantes al día, y es crucial que la Unión Europea intervenga pronto. Por ahora, habrá un exiguo presupuesto de cinco millones de euros. Para Matteo Salvini, vicepresidente italiano, Europa debe tener solidaridad con Italia, España, Grecia o Malta, principales receptores de la inmigración ilegal. “Es imposible apoyar económica, cultural y socialmente a tantos inmigrantes”, dice. En 2022, llegaron unas 8000 personas; Este año, en algo más de 2 meses, la cifra alcanza unos 32000 refugiados.

Algunos inmigrantes quieren seguir hacia países del centro y norte de Europa; otros se acomodan al país receptor. El asunto está en cómo sobrevivir sin documentación legal. ¿Cómo percibe el país receptor al extranjero en condición irregular? Por lo general, hay miedo y rechazo hacia los inmigrantes ilegales. Una encuesta de Pew Research Center demuestra que para el 71% de los italianos se debe impedir o limitar la llegada de nuevos inmigrantes; para el 18%, se debería mantener el nivel de 2022, y un 5% piensa que la inmigración debería aumentar. En Europa prevalece la idea de una multitud incalculable que solicita asilo.

El asunto no es sencillo; ¿hasta dónde está Italia en capacidad de recibir más refugiados? ¿Se pueden integrar los expatriados en términos de idioma, cultura o religión? ¿Su formación profesional, técnica o empírica les permitirá obtener empleo digno? Son muchas las preguntas que surgen. Por otra parte, países como Italia o España, envejecidos, con ciudades pequeñas y pueblos en proceso de despoblamiento, han perdido mano de obra y, consecuentemente, aportes a la seguridad social para sostener a los adultos mayores; los jóvenes que encuentran trabajo formal refrescan la seguridad social. Las inmigraciones son bienvenidas cuando traen aportes valiosos.

La otra cara de la moneda es que muchos inmigrantes no conseguirán trabajo acorde con sus capacidades, habilidades y experiencia. Muchos de quienes huyen de las desgracias en sus países tienen niveles básicos o intermedios de formación, pero también emigran profesionales dispuestos a trabajar en labores no calificadas. Son presa fácil de la delincuencia común y organizada, tráfico de personas y otras canalladas; vivirán temporalmente de las ayudas sociales, ¿y después? Incluso, no siempre quienes desembarcan ilegalmente solicitan asilo. Además, el rescate en el mar no siempre se traduce en el amparo de los refugiados. La política italiana da protección básica a estas personas, fomentando el tránsito hacia Europa Central o Septentrional, donde hay mayor limitación para acoger inmigrantes.

¿Qué propone Meloni? Básicamente, identificar los puertos de salida de migrantes, bloquearlos en altamar, devolverlos masivamente a sus países de origen, limitar el número de refugiados determinando quienes pueden ser objeto de asilo y quienes son migrantes económicos. El trasfondo va alineado con las creencias de la opinión pública y con los intereses económicos de la nación.

Apostilla: SSC Napoli se apresta a ganar su scudetto luego de 32 años. Igualmente, podría ir a la final de la UCL. Los ultras tienen en vilo a la población. Si se dan ambas situaciones, ¿podrá la policía controlar a esos bárbaros?

*Hernando Pacific Gnecco. hernando_pacific@hotmail.com – Médico Cirujano. Especializado en Anestesiología y Reanimación. Docente Universitario. Columnista

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