JOSÉ MANUEL HERRERA VILLA

Por: José Manuel Herrera Villa*

La financiación y el interés especulativo que rigen la economía en el mundo, más que la propia economía, crecen globalmente la tasa del interés financiero del capital, cuyas consecuencias las padece la sociedad cuya vida resulta cada vez más precaria, sometida a intereses especulativos ocultos que interesan al mercado por encima de la vida misma de las personas. Se palpa lo cual en mucho en Latinoamérica, que se encuentra sufriendo en carne propia esas consecuencias a las que ya ninguna sociedad se escapa toda vez que el capital financiero, más allá de lo bancario, que está flotando y especulando por el mundo tiene dimensiones inmensas, al punto que se hace ingobernable y hay una economía de dimensiones de carácter colosal que no se puede aun medir pero que está operando.

Las vidas no importan, lo están poniendo de manifiesto quienes deciden fomentar las guerras e incluso continuarlas aún a sabiendas que no tienen salida si no se resuelven mediante la negociación, lo que impone evitar las guerras, mismas que desatan riesgos mayúsculos. Si exploramos las razones de las guerras actuales las encontraremos siguiendo al dinero y a las especulaciones sobre los recursos económicos, incluso si hablamos de intereses geoestratégicos veremos que subyacen razones económicas y de poder. Si volvemos a lo poco o nada que importan las vidas de la población solo hace falta volver la vista sobre el tremendo ecocídio que se está cometiendo tanto en las zonas de guerra como con los resultados de los desastres nucleares y otras contaminaciones salvajes producidas por la mano del hombre y que son causa de las muy graves contaminaciones que sufre el planeta y el calentamiento global como cambio climático que las mismas están generando.

De ahí que si alguien, que no creería, duda de la realidad del cambio climático solo tiene que prestar atención a las gravísimas pérdidas económicas que está generando y puede constatarse en todos los países del mundo, muertes, desapariciones de personas, desplazamientos de población y también destrucción de cosechas que van a repercutir en el ámbito de la alimentación.

Como quiera que unos niegan el cambio climático e incluso la intervención de la mano del hombre como causante y otros lo admiten, pero, a la hora de aplicar soluciones toman el desvío sibilino de las propuestas hacia intereses económicos casis siempre bien enmascarados. Los intereses de la especulación financiera y de la economía, se aplicarán alternativas que muchas veces no serán tales y que terminarán cayendo en desuso o que sus consecuencias serán negativas o incluso altamente peligrosas.

Ejemplo Es la super defensa que se viene haciendo de la energía nuclear como solución «limpia» y eficaz, pero no se está informando que pasados cientos de años seguiremos padeciendo las consecuencias de los graves accidentes nucleares, muchas veces incluso por negligencias en el mantenimiento, al que no fueron ajenas razones de índole económica e interés meramente especulativo. Del problema de los residuos que generan esas centrales tampoco se habla, como tampoco de la contaminación radiactiva, el vertimiento de aguas almacenadas para el enfriamiento de los reactores nucleares que tienen el rechazo de la población, ecologistas, ambientalistas y demás muchas otras organizaciones y asociaciones a este temor, pero que a la postre se tornan prácticamente inofensivas frente al poder y querer de las potencias.

*Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación, Evaluación y Gerencia de Proyectos de Desarrollo

TEMA ENLAZADO: GAJES DE LA ECONOMÍA (II)

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