Ruben Darío Ceballos Mendoza

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Formación es el proceso y el efecto de formar o formarse, y su importancia consiste en propiciar en el individuo, una educación o adiestramiento integral y armónico que, debe conjugar los ámbitos intelectual, humano, social, profesional; y, su objetivo final deberá ser el desarrollo de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores necesarios para lograr un pensamiento lógico, crítico y creativo, lo que servirá para establecer las relaciones interpersonales y de grupo con tolerancia y respeto a la diversidad, lo que facilitará la auto-formación permanente, el desarrollo de una cotidianeidad armónica propiciando que el sujeto desarrolle procesos informativos y formativos.

La educación del individuo como miembro de la sociedad debe ser iniciada en el núcleo de la misma, la familia; no obstante, esa formación debe ser continua a lo largo de la vida a través de las distintas instituciones que, en un estado democrático y plural se ponen a su disposición y, con un tratamiento especial hacia la formación de la personalidad y hacia una orientación laboral que, en la etapa vital del final de la infancia y el inicio de la adolescencia cobran especial significado y cuyo objetivo debe ser ayudar a los jóvenes a la hora de decidir cómo ampliar su formación.

Formación es crecimiento, ya que lo impulsa, y es la educación el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo, la pieza más importante para avanzar, influye en el progreso de las personas y, por ende, de la sociedad y, además de proveer de conocimientos, enriquece los valores, el espíritu y la cultura. Un camino clave para el desarrollo y para poder mirar una situación desde diferentes perspectivas.

Tenemos que ser conscientes de que la formación es el mejor vehículo para crecer como personas, como organización y para conseguir que nuestros llegar a lo más lejos posible, alcanzar los objetivos que nos tracemos y nos propongamos; así como aprender a dominar las propias capacidades y habilidades, amán de aumentar la productividad, avanzar más rápido, mejorar la adopción de nuevas herramientas, convertir conocimiento en mejores resultados y mantenerse al día con las actualizaciones y cambios toda vez que lo mas importante es la mejora continua, que requiere de un plan de desarrollo que permite y facilite crecer personal y profesionalmente dentro del área en la que mejor nos desempeñemos, lo que nos hará líder de nuestro propio desarrollo y nos dará de contera la posibilidad de crecer personal y organizacionalmente. El talento siempre debemos incrementarlo, puesto que el propósito debe ser aprender y superarse cada día más, lo que constituye el verdadero valor añadido de cada paso que se da.

*Jurista. Rubén Darío Ceballos Mendoza. rubenceballos56@gmail.com

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