Luis Gilberto Ramírez Calle

Por: Luis Gilberto Ramírez Calle*

Importará siempre en la mira de querer tener un mejor departamento de Caldas, preguntarnos de manera permanente y continua: ¿De qué lado estamos. Si en favor o en contra de la seguridad. De la violencia. De la corrupción. De la delincuencia de distinto origen, naturaleza y propósitos. De los buenos o de los malos. De quiénes tienen aspiraciones o no, vale decir de los conformistas irredentos. De quiénes enjuician o perdonan? Se trata que apostemos por lo correcto, pues la realidad del departamento no es tan simple o apenas sencilla. Tenemos y ello hay que reconocerlo, atrasos, represiones, falencias, rezagos, irrealizaciones, medianías, abandonos, desidias, omisiones, arbitrariedades, ilegalidades, apuestas fallidas de las administraciones que profundizan problemas, inequidades y desigualdades, entre otras de las muchas carencias que acusamos.

Interesa e interesará por su importancia, dejar de lado, si en realidad y verdad queremos afianzarnos como el ente territorial que debemos y merecemos ser en ámbitos de integral desarrollo, crecimiento, progreso y bienestar, todo asomo de polarizaciones, hacer caso omiso de nimiedades y no detenernos en minucias, sino evitar que lo cual se esparza; y lo que es peor, se arraigue en detrimento de lo mejor y superior que abonar debemos, para hacer de Caldas el departamento cimero, grande y pujante ente territorial que tenemos que ser, sin divisiones absurdas, más sí convergiendo en objetivos comunes. Divididos, estaremos vencidos y nos esperarán solo fallidas redenciones.

Tenemos la obligación como caldenses de elegir y decir de qué lado estamos, para no llamarnos ni llamar a engaños. Decir que pensamos. Si actuamos o no por conveniencia (lo que es mezquino); o, pensando en los intereses superiores de la comunidad y el departamento.

De la misma manera deben dirigentes, inversionistas, gobernantes, mandatarios, en el rango y espacio territorial que fuere, manifestar abiertamente si están o no a favor del pueblo, del consumidor, del usuario o de las empresas y grupos de intereses creados, lo que nos permitirá saber quiénes de ellos actúan en beneficio y provecho de la sociedad.

El asunto demanda un mejor y más acertado estilo de gobierno, lo que es una exigencia radical. Es ubicarse en el lugar que corresponde, sin simulaciones y con verdad, pues no hay lugar para medianías, sino para procurar las transformaciones que se requieren. Estamos por la honestidad, por limpiarnos de corrupción. Nunca por qué se sostengan por tiempo indefinido los privilegios de los menos a costa del sometimiento y empobrecimiento de los más. Es tiempo de definiciones y no más dilaciones.

Y si bien no hay quien acepte públicamente que está de lado de los corruptos o de los delincuentes, poco a poco van quedando en evidencia; y a pesar de saberse quienes son los causantes de los delitos e irregularidades. poco o nada se castigan, como si existiera o legal fuera el perdón y el olvido para los perversos.

Caldas reclama destinos mejores y superiores y hacia allá debemos ir todos a una.

General (r) Ponal. Administrador. Consultor Asesor en Seguridad Inteligencia y Defensa Nacional. Abogado. Especializado en Derecho Administrativo.

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