Por: Ec. Omar Escobar
Mientras algunos defienden hasta el punto de la glorifican, el PIB de Israel cayo en 19.4% anual en el cuarto trimestre de 2023 – cuando comenzó el conflicto con Hamas-, y la recesión continúo cayendo 1.1% y un 1.4% adicionales en los dos primeros trimestres del presente año. Una gran pérdida cuando en 2021 aumentó en 6.8% y 4.8% en 2022. Antes del inicio de la guerra en curso, el PIB estaba en crecimiento gracias a su sector tecnológico, un año después del fatídico 7 de octubre, los informes trimestrales dan cuenta de la profunda recesión. Su PIB se encuentra en una contracción constante y en general está experimentando la desaceleración más pronunciada entre los países más ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Para fin de este año Israel degradó su previsión de crecimiento económico, pasando del 2,8% a solo el 1,5%.
El Banco Central de Israel, también ha estimado que el costo de la guerra alcanzará los 67.000 millones de dólares en 2025, incluso teniendo en cuenta un paquete de ayuda militar de 14.500 millones de dólares de Estados Unidos. Esto constituye en una amenaza para la inversión extranjera dado el nivel de riesgo de recuperar la inversión. La agencia de calificación crediticia, Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia de Israel de A+ a A el pasado agosto, con el argumento de que un aumento en su gasto militar había contribuido a ampliar el déficit fiscal al 7,8% del PIB en 2024, frente al 4,1% del año anterior.
Coface BDi, una importante empresa de análisis de negocios en Israel, estimó que hasta 60.000 empresas de la nación se podrían ver obligadas a cerrar este año debido a la escasez de personal, las interrupciones de la cadena de suministro y la disminución de la confianza empresarial, mientras que muchas empresas están posponiendo nuevos proyectos, como es el caso del turismo; uno de cada diez hoteles en todo el país puede cerrar sus servicios y se estima que hay pérdidas de 4.900 millones de dólares en ingresos en los últimos 12 meses.
El tema de la inflación, más bien ha sido controlada pues si bien para octubre de 2023 la inflación interanual se ubicaba en 3,7%, para agosto de este año se ubica en el 3,6% anual.
Por otra parte, la ONU alertó que “la economía palestina está en caída libre” con más del 82% de los negocios en Gaza destruidos y más del 96% de las empresas de Cisjordania ocupada presentado una disminución considerable de su actividad comercial. Más de 140.000 trabajadores palestinos de Cisjordania no se les ha permitido ingresar a Israel desde los ataques del 7 de octubre, lo que afecta económicamente a ambos lados. Según un reporte entregado por la ONU en septiembre, el PIB se enterró un 81% en el último trimestre de 2023, año en el que acumuló una contracción del 22%. El desempleo llegó al 79% perdiéndose 200.000 puestos de trabajos. Según Manuel Moreno, secretario general adjunto de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas:
- El PIB cayó un 81% entre octubre y diciembre de 2023
- Hoy, su economía es una sexta parte de lo que era en 2022
- 200.000 empleos perdidos
- 82% de los negocios han sido dañados o destruidos
- Israel ha detenido ingresos de los palestinos que ascienden a USD 1.4 millones
- El desempleo pasó del 12.9% antes de la guerra al 32% hoy
- Pérdidas por ingresos laborales estimados en USD 25.5 millones
- 96% de las empresas disminuyeron su actividad
- 306.000 puestos de trabajo perdidos
- Algunos barrios han sido erradicadosy las comunidades y ciudades han sido arruinadas (UNCTAD).
La ONU, debería decir que ambas economías están en caída libre y la financiación de la guerra por parte de Estados Unidos, es olvidar el pasado de Afganistán, ¿entonces qué o quién gana en esta acción humana pero macabra?