Dr. Iván Bohórquez Zapata

Por: Iván Bohórquez Zapata*

DE LOS GOBIERNOS LOCALES (II)

Las democracias locales o la matriz a partir de la cual es posible refundar el vínculo político en una agenda participativa y menos centrada en los personajes políticos, bien podíamos decir que es su objetivo ser el escenario de participación en la transformación del orden político y las transformaciones ciudadanas. Si las analizamos con la sindéresis que ameritan, nos arrojará que poseen grandes activos, mismos que sintetizara el Ex Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Alexis Tocqueville, a partir de sus observaciones sobre el funcionamiento de las comunidades de Nueva Inglaterra a mediados del siglo XIX: “La fuerza del ciudadano libre reside en la comunidad local. Las instituciones locales son a la libertad lo que la escuela primaria a la ciencia. La ponen al alcance de los ciudadanos; les enseñan a apreciar pacíficamente su disfrute y les acostumbran a hacer uso de ellas. Sin las instituciones locales una nación puede dotarse de un gobierno libre, pero no tiene el espíritu de la libertad”.

Por todo, no es casualidad que los ciudadanos aprecien la acción de los gobiernos de los territorios donde viven y valoren muchos de sus aspectos en comparación con otros niveles de gobierno. La administración local se valora como la más rápida, la que trata mejor a los ciudadanos y la que ofrece más información, poniéndose así en valor algunos de sus activos. La existencia de una comunidad política local, propia de los municipios y autónoma, es una buena idea.

Los municipios son los espacios donde aprendemos a socializarnos con la libertad y con la participación (ojalá siempre activa) en la vida pública, donde entendemos que es en ellos donde se deben gestar por la acción conjunta gobiernos locales / ciudadanía, las profundas transformaciones y estructuraciones mejores, la provisión de servicios del bienestar, la familiarización con los fenómenos globales que han cambiado los referentes de forma de vida, como la contaminación, el cambio climático, la multiculturalidad y el surgimiento de movimientos sociales.

Todas las democracias del mundo han transferido poder político al nivel local y, de hecho, la descentralización se ha traducido en un incremento de la autonomía municipal, ya que los estados diseñan sus modelos de transferencia de poder político a las unidades municipales dando mayor o menor empoderamiento a sus gobiernos en el orden legal, económico, organizativo o funcional. Existen diferentes modelos y mayor o menor transferencia de capacidades legales, financieras, organizativas o funcionales, buscándose con lo cual mayores índices de igualdad, desarrollo y calidad de la democracia hasta el, punto de afirmarse por algunos tratadistas que la existencia de gobiernos locales fuertes y estados de bienestar fuertes son fenómenos estrechamente relacionados.

Activos estos que no deben ocultar las oscuridades que también amenazan a los municipios, tales como la corrupción, que, sin ser generalizada, ha dañado profundamente la imagen de las democracias locales; la tendencia centralizadora en épocas de crisis, cuando el Estado las pone en el blanco y las somete a reformas institucionales que debilitan su autonomía. Otros problemas son los conocidos como problemas quistes, tales como la pobreza o la insostenibilidad, que superan la capacidad de actuar de los municipios.

*Iván Bohórquez Zapata. Administrador Público. Especializado en Gerencia de Proyectos de Desarrollo. @ivnBohorquez1 ibozap@yahoo.es

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