Por: José Manuel Herrera Brito
El derecho es un sistema u orden normativo e institucional que regula la conducta externa de las personas, inspirado en los postulados de justicia y certeza jurídica, que regula la convivencia social y permite resolver los conflictos de relevancia jurídica, pudiendo imponerse coactivamente; conceptualmente, son los derechos el conjunto de libertades fundamentales para el disfrute de la vida humana en condiciones de dignidad plena, y se definen como intrínsecos a todos por el hecho de pertenecer al género humano; y, significan, conjunto de principios y normas expresivos de una idea de justicia y orden, que regulan las relaciones humanas en toda sociedad y cuya observancia puede ser impuesta de manera coactiva. Los deberes, son reglas, leyes y normas que regulan nuestra convivencia en sociedad; todos los miembros de una sociedad, tenemos obligaciones para cumplir, al igual que libertades para exigir. La democracia es una forma de gobierno justa y conveniente para vivir en armonía, de ahí que en una democracia ideal la participación ciudadana es el factor que materializa los cambios, por siendo necesario que gobernantes / ciudadanos establezcan un diálogo para alcanzar objetivos comunes; es también, forma de organización social y política presentada en el platonismo y aristotelismo que atribuye la titularidad del poder al conjunto ciudadano.
Aspectos a ser tenidos en cuenta por parte de líderes, dirigentes, gobernantes o de quienes aspiran a serlo en cualquier instancia o nivel, toda vez que debe ser sustancial a su condición de tal enseñar siempre con su ejemplo público y privado en todo momento, lugar, situación y circunstancia, lo concerniente a honorabilidad, probidad, honradez, austeridad, empatía, cumplir su palabra y establecer diálogo social, entre otros, en la verdad que en todo sistema democrático, cuando nos referimos a los derechos de la gente, también debemos hacerlo respecto de los deberes; más cuando nos hemos mal acostumbrado a exigir los primeros (derechos) sin atender los segundos (deberes), lo que además de grave sobremanera, es a todas luces inconcebible, impresentable, indefendible e injustificable, afectando lo cual de una u otra manera convivencia, integración y cohesión social, puesto que buen ejemplo es hacer y mantenerse congruente con los valores, marcar la diferencia en positivo y hacer las cosas de la manera correcta.
En ese orden de ideas, una primera responsabilidad de los gobernantes, siempre, será enseñar con su ejemplo en temas como la honradez, la austeridad, el valor de la palabra, el diálogo social, rendir cuentas pública y periódicamente en temas relacionados con la administración de los recursos y bienes públicos, lo que es un derecho de la gente y un deber de obligatorio cumplimiento de los gobernantes. Igual tiene deberes democráticos la gente en sus relaciones comunales, bienes públicos, privados y eu responsabilidad y compromiso de rechazar el mal comportamiento de algunas personas que ven en el Estado una mina de oro y bienes públicos y privados como de nadie, sin tener en cuenta que su menoscabo, afectan social y económicamente a la sociedad e impiden un mayor y más equitativo desarrollo territorial, así como las condiciones de bienestar, progreso, crecimiento, prosperidad, desarrollo social y humano.
Se impone promover una amplia cultura costo/beneficio, a fin que todo dinero que sufrague el Estado a cualquier persona natural o jurídica, se redistribuya, para un mayor beneficio y aprovechamiento de los asociados en contexto de Estado social de derecho y total transparencia, para que no se dilapiden por ningún motivo los sagrados recursos públicos, sobre los que deben ejercerse veedurías ciudadanas y respecto de quienes se dedican a actividades non santas y violentas, que con su malevo, irresponsable y criminal proceder generan daños irreversibles a todo nivel, especialmente al medio ambiente, la biodiversidad y vida misma de las personas. saramara7@gmail.com