Por: Rafael Robles Solano*

En esta oportunidad me referiré al alcance objeto del presente titular, para comentar y exponer mis apreciaciones sobre: a que obedecen los discutidos, como discutibles temores de aquellos movimientos políticos empecinados en oponerse a cada una de las diferentes propuestas de innovación social emanadas del gobierno actual. Al referirme a éstos temas, no pretendo erigirme como defensor a ultranza del gobierno, sin embargo, preocupa lo que acontece, porque es inocultable apreciar como siguen cuestionando casi que a priori, todo lo que venga con iniciativas del presidente Petro, porque de una parte, es evidente observar, como he manifestado en colaboraciones anteriores, que: muchos aún no se resignan a aceptar que perdieron el poder, y que ahora, aliados con las extremas derechas, sectores empresariales, militares y de otras tendencias, se encuentran empeñados en procurar a como dé lugar, la desestabilización gubernamental, por sus infundados temores a los cambios propuestos desde el gobierno nacional.

Esta es una actitud deplorable, por cuanto ante semejantes posturas, es complicado y difícil presentar, socializar o sensibilizar las propuestas presidenciales como deben ser ante el país en general, lo anterior significa, desaprovechar la oportunidad que representa para que la población colombiana, pueda aceptar que la llegada de un gobierno progresista, con matices propios del socialismo del siglo XXI, es totalmente diferente a la del castro-chavismo como insisten hasta el cansancio en calificarlo, desestimando las visiones renovadoras del gobierno, porque la innovación social objetivamente analizada, es indispensable para acceder a escenarios con niveles de mejor justicia social, mediante la implementación de diversos proyectos que procuran ir consiguiendo la erradicación paulatina de las enormes diferencias de marginalidad y pobreza extrema en que se hallan especialmente las regiones más apartadas o mejor, llamadas de la Colombia profunda y que actualmente evidencian la gran inequidad social que afecta al país a lo largo y ancho de todo su territorio.

Se desconocen de esa forma las propuestas de innovación social, sin molestarse en valorar su real significado, porque las confunden y mal interpretan, desnaturalizando lo que promueven, características e importancia, creyendo erróneamente que con ellas, lo que se pretende es acabar con el statu quo de la decadente apertura económica, la expropiación de las propiedades privadas, o desestimular las significativas inversiones de empresarios e industriales nacionales y extranjeros, por citar los más importantes, despreciando en consecuencia, aquellos emprendimientos que conducen a la justicia social y la erradicación de la pobreza.

Oponerse a ésta clase de iniciativas gubernamentales de innovación social, desconociendo que estas corresponden a la implementación de conceptos novedosos sobre el manejo de actividades, servicios y modelos tendientes a solucionar problemáticas sociales que no han sido resueltas por décadas de gobiernos tradicionales, como son el desempleo, la informalidad laboral y la falta de oportunidades para la educación, por sólo citar tres ejemplos, pues con ellas se accede de forma más eficaz a contextos socioeconómicos propios del desarrollo sostenible. Para lo cual, se necesitan cambios orientados en serias políticas de estado desplegadas a nivel institucional, organizacional, económicos, legales, culturales, sociales y que además, requieren del concurso decidido de los partidos políticos.

A todas estas innovaciones sociales, se le oponen lamentablemente las desafortunadas culturas corruptas que tienen copadas todas las esferas institucionales y gubernamentales, y qué si se miran objetivamente, llevan a que el Mandatario actual, deba y tenga que buscar escenarios de consensos y alianzas con sus adversarios y opositores políticos, para procurar que sus diferentes propuestas de cambio, formalizadas ante el Congreso mediante sendos proyectos legislativos, puedan ser aprobadas. Esto conlleva a que Petro, como dije en colaboración anterior: haya entrado en serias discrepancias al ver como un proyecto político que abanderó con propuestas por el cambio y la justicia social, hoy se encuentre extraviado y deambulando en medio de inobjetables contradicciones, especialmente originadas por parte de quien fuera elegido para liderar democrática e institucionalmente dichas reivindicaciones y se ha quedado en sólo planteamientos demagógicos carentes de ninguna realidad.

*Rafael Robles Solano. Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. rafaelrobles12@hotmail.com