Por: José Manuel Herrera Villa*
La pobreza, cuyos síntomas son entre otros, hambre, deficiente nutrición, miseria, enfermedades, subdesarrollo y falta de instrucción; es un fenómeno multidimensional que puede traducirse en factores objetivos, como la falta de recursos para satisfacer las necesidades básicas para la supervivencia, o subjetivos, tal como la privación de la participación social por cuestiones de género. Es también falta de ingresos, concepto que se configura cuando el total de ingresos disponibles no satisface el mínimo necesario para la subsistencia; idea esta que dio paso a la creación por el Banco Mundial de la línea o umbral de pobreza, que es “el costo monetario de un nivel de bienestar de referencia para una persona dada, en un momento y un lugar dados”.
No obstante, hay teorías que defienden que la pobreza transciende la falta de ingresos. El enfoque de las Necesidades Básicas promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), incluyó la salud, la educación, el saneamiento, las ropas y un largo etcétera, entre los mínimos necesarios para una calidad de vida digna. Amartya Sen, introdujo la visión de la pobreza como privación de desarrollo humano individual, al tiempo que sostiene que la pobreza se define por la constricción de las capacidades básicas (capabilities) que impidan a los individuos de ser o de realizar funciones a que dan importancia (sea vivir una vida larga y saludable o ser respetado por la comunidad en que vive). De dicha teoría, Mahbub ul Haq, concibió el Índice de Desarrollo Humano del PNUD (IDH), que combina tres indicadores de capacidad para medir el desarrollo humano: esperanza de vida, nivel educativo e ingreso.
Puede ser definida también lapobreza,como la falta de recursos para disfrutar de una calidad de vida mínima o una deficiencia de medios para lograr la calidad de vida deseada. Cualquiera que sea el concepto adoptado en la lucha contra la pobreza, es imprescindible que se consideren los contextos y las necesidades locales, como toca respecto de las devastadoras consecuencias sociales de la pobreza generadas por la crisis, en la que los esfuerzos gubernamentales han sido rebasados y por ende insuficientes, al haber provocado una recesión económica de tal magnitud que la cantidad de personas en situación de pobreza extrema se ha multiplicado y lejana está aún su solución..
Existe mucha carencia material severa, misma que se presenta cuando en un hogar faltan elementos tales como una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos; retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda o no poder disponer de automóvil, móvil, televisor o lavadora, y de estos hay muchos entre nosotros aún antes de la emergencia, que ha arrasado todo asomo de bienestar, ya que incluso ni siquiera tener trabajo elimina el riesgo de pobreza. La realidad resulta estremecedora y el indicador de la población en riesgo de pobreza extrema asusta, más cuando lo confrontamos por barrios y por niveles de formación.
jomahevi@gmail.con *Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos de Desarrollo