Periódico El Derecho.

La cultura, que entendemos entre sus muchas significaciones como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social, es en el compendio comunitario un elemento que estimula el desarrollo en todas sus dimensiones.

Sería oportuno reflexionar sobre las ventajas que aporta la incorporación directa de la cultura a las distintas áreas estratégicas del desarrollo económico. Por tal razón, la actividad económica, como forma de actividad cultural, debe tributar a la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad. Cada una de ellas está orientada hacia la búsqueda del desarrollo humano.

Para analizar la correlación que se establece entre la economía y la cultura en la urdimbre de las relaciones sociales, del desarrollo humano, importa la situación social del desarrollo mismo, las dinámicas del aprendizaje y el modelo del desarrollo humano basado en las necesidades humanas fundamentales; así como la satisfacción cultural de las necesidades fundamentales del hombre en su dinámica del desarrollo y sus implicaciones en la pobreza, siendo necesario profundizar en el estudio de los problemas actuales relacionados con el hombre, quien al crear sus medios sociales y culturales, transforma su medio y se transforma a sí mismo, logrando un nuevo ambiente cultural.

Interesa igualmente estudiar las manifestaciones de la producción material y espiritual de la sociedad, es decir de la cultura y adentrarse en el hombre mismo con enfoque transdisciplinario desde una concepción histórico-culturalista, siendo la educación el principal nexo formativo entre el individuo y la cultura en el proceso de socialización.

Amplio es el espectro conceptual de cultura, que bien puede asumirse como un conjunto de ciertos modos de vida aprendidos y creaciones humanas, que caracterizan a una determinada sociedad, tales como organizaciones sociales, formas de hacer las cosas, ética, religión, lenguaje, conocimiento científico, arte, tecnología y, en general, todas las creaciones de la mente humana; y, en la medida que crea los productos culturales y se sirve de ellos, el hombre se desarrolla como tal. La sociedad, como proceso totalitario, debe facilitar y proveer al hombre de los recursos necesarios y brindar posibilidades reales de desarrollo personal; por tal razón, la actividad económica de la sociedad, como forma de actividad cultural, debe estar en consonancia con el desarrollo económico, que debe tributar a la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad; esto es, al desarrollo humano.

Cultura y economía son procesos resultantes de la actividad práctico – transformadora de los hombres, por lo que no es posible analizarlas separadamente.

La cultura puede asumirse como un conjunto de ciertos modos de vida aprendidos, y de creaciones humanas que van a caracterizar a una determinada sociedad; por tal razón, la actividad económica, como forma de actividad cultural, debe tributar a la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad, ya que cada una de ella está orientada a la búsqueda del desarrollo humano.

Tras analizar los conceptos de cultura y economía en su relación dialéctica, como procesos que permiten el enriquecimiento de las relaciones humanas, es posible decir que el hombre no puede vivir sin cultura ni economía, que constituyen requisitos esenciales para el desarrollo de la vida material y espiritual.  Cultura y economía son procesos que potencian la integración social, estimulan las aspiraciones colectivas e individuales; por lo que no deben ser entendidos como algo distinto, sino como un espacio en donde materializan todas las aspiraciones, deseos, conocimientos, saberes, donde todo lo que se produce y circula es resultado de la actividad práctico- transformadora de los seres humanos.

La cultura es una importante dimensión de la economía en términos de producción y consumo, al permitir la compresión de sus nuevas formas de comportamiento social, donde se reflejan los principios ideológicos, éticos y morales que coexisten dentro de cada sociedad. La cultura deja de ser un elemento aislado de la esfera económica, política y social, y pasa a convertirse en un soporte que muestra las fortalezas y debilidades de cada sociedad.

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