Por: Francisco Javier Vásquez Atencio*

E.Mail.: francisco.vasquez.atencio75@gmail.com

Es el suelo esa capa superior de tierra compuesta de sólidos, líquidos y gases en donde se desarrollarán las raíces de las plantas, al tomar de ahí los nutrientes necesarios para crecer, que para ser ideal requiere de una distribución pareja de organismos sólidos, como minerales y materia orgánica, y poros para la circulación de agua y aire. De no atenderlo como se merece y requiere, se acabará y apagará ante de los que imaginamos, ya que no es renovable en un ciclo d­­­e vida, sino luego de centurias y que ya las generaciones imposibilitadas están de restituirlo sin que medie un proceso de regeneración hacia el mejoramiento de algunas propiedades que la naturaleza le ha otorgado; lo que obliga en manera importante y urgente a cuidarlo como algo más que preciado, al ser. como dicen quienes de esto saben, estrato vivo y fértil donde vibran miles de millones de micro y macro organismos, en franca convivencia con las plantas en la noble misión de elaborar alimentos, combustibles, fibras, colorantes, medicinas y otras substancias que el hombre utiliza para su confort y felicidad.

Ante la tamaña importancia que representa, deberían los gobiernos con demostradas voluntad y decisión, incluir en sus propuestas políticas para que de una vez por todas se detengan sus procesos de deterioro, se apliquen las normas vigentes para su protección, con lo que se aporta al sostenimiento de la humanidad. No es con más leyes como el suelo se va a salvaguardar, mucha es ya la normatividad que señalan la importancia y urgencia de trabajar por los suelos, que de seguir destruyéndose como se está haciendo, es destruirnos también como país.

Requerimos suelos sanos que nos sigan dando alimentos; colaboren al cambio climático en su proceso de captar carbono de la atmósfera; y, sean los protectores mejores de las plantas con las que interactúan, lo que impone promover e impulsar acciones de adaptación al cambio climático, en especial a los fenómenos devastadores que provoca, Sin suelos en condiciones, las hambrunas estarán a la orden del día en cuestión de muy poco tiempo, más cuando la población sigue creciendo exponencialmente.

Como departamento, conveniente a todas luces apostarle decidida y decisivamente a la seguridad alimentaria y el clima, vigilar por que se aumente el contenido de materia orgánica de los campos cultivables en proporción 4×1000, camino a neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero a través del secuestro de carbono por los suelos, con lo que de paso se mejora la capacidad productiva de los plantíos, a la que deberían adherirse todas las unidades agrícolas sin importar su tamaño o nivel empresarial, pues todo suma en esta objetivo de salvación. Administrador de Empresa. Especializado y Magister en Gerencia Social

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