JOSÉ MANUEL HERRERA VILLA

Por: José Manuel Herrera Villa*

Uno de los caminos primeros y mejores para prosperar es la innovación, plasmar ideas e iniciativas, empezar a marcar diferencias, hacer importante y urgente la necesidad de generar crecimiento, preocuparse y ocuparse de lo que frágil sea, así como el déficit de inversión, últimos estos que combinados inciden en gran medida en las perspectivas de las poblaciones que aumentan en el país. Tecnología e innovación en contexto del desarrollo liberan a los pobres y ayudan a mejorar su calidad de vida, toda vez que sirven de base para impulsar emprendimientos, realizar operaciones, ahorrar, acceder a fondos, adelantar cambios y transformaciones, participar más en la economía y en la sociedad, utilizar sistemas digitales que permiten más control de sus presupuestos y dan lugar a entornos verdaderamente constructivos para nuevas realizaciones de orden empresarial.

Se trata de impulsar personas a utilizar sistemas que los empodere con un poco de innovación empresarial, respaldada por políticas regulatorias adecuadas que generen beneficios reales para la gente, en la procura de poner fin a la pobreza extrema y lograr un crecimiento amplio que igualmente impulse la prosperidad compartida. Es tener claro que se debe avanzar en la reducción de la pobreza y de la pobreza extrema que viven en lugares afectados por situaciones de fragilidad o destruidos por conflictos, donde puede no haber instituciones que brinden asistencia a las personas necesitadas.

Requieren estas poblaciones sistemas seguros que permitan que las personas pobres reciban -además de sus ingresos- remesas, ayuda extranjera y pagos de redes de protección social de manera electrónica, y que luego puedan ahorrar y hacer operaciones libremente, lo que sería revolucionario porque otorgaría a las personas la libertad y la oportunidad que necesitan para mejorar sus condiciones de vida. Una vez que más países habiliten estas tecnologías, la innovación será un avance de las políticas de desarrollo tan importante como cuando se pasó de la economía de trueque a la economía de mercado.

Para lograr avances en lo que respecta a un crecimiento amplio y el alivio de la pobreza, debemos estar preparados para generar un cambio radical en el mundo: no olvidemos que vivimos en una época de serios retos en materia de desarrollo. El crecimiento se está desacelerando en todo el mundo, el ritmo es lento, el crecimiento es inferior sin duda, la recesión e incertidumbres del comercio están latentes. También es lento el crecimiento de las inversiones, por lo que los ingresos no aumentarán de manera considerable; pero aunque la economía mundial se encuentre en un estado de fragilidad, con marcos de política concretos e instituciones sólidas se podría lograr que casi todos los países en desarrollo accedieran a un crecimiento amplio orientado a reducir la pobreza y generar prosperidad compartida.

Enfrentar este desafío urgente, requiere esfuerzos con enfoques adaptados a las circunstancias específicas con el respaldo de expertos técnicos y especialistas en programas, para ayudar a generar mejoras, aprovechar los beneficios económicos del comercio, intercambiar bienes y servicios, implantar e implementar políticas constructivas, acudir a préstamos y donaciones. Apuntarle a trabajar de manera cooperativa, lo que ayuda a ordenar sus principales problemas de desarrollo de acuerdo con un orden de prioridades y lograr la participación de las entidades de financiamiento para el desarrollo —incluidos los donantes no tradicionales y el sector privado— de una manera más constructiva. Es hora de avanzar. De organizar reuniones internas. Establecer prioridades de acción con los principales donantes. Interesar la participación y el compromiso del sector privado.

Los pueblos deben demostrar un firme liderazgo y elegir un rumbo que derive en buenos resultados económicos, sociales y políticos. La calidad de las políticas e instituciones ayuda a comprender por qué algunos países en desarrollo han sido capaces de salir de la pobreza mientras que otros no han podido progresar. También es evidente que el desarrollo no es algo que se pueda imponer desde afuera: el liderazgo y la identificación del país con las iniciativas son fundamentales. Se impone lograr buenos resultados de desarrollo en cada territorio. Medir los avances es un paso importante para la obtención de buenos resultados. El crecimiento amplio es fundamental para lograr un desarrollo exitoso, en lo que es indispensable reducir la pobreza e impulsar la prosperidad compartida; y, una medida clave es comprobar que aumentan los ingresos de las personas.

Importa en todo esto generar empleos y oportunidades en los distintos sectores de la economía y en todos los segmentos de la sociedad, lo que hace urgente este propósito. Empleo y trabajo son las mejores redes de protección, debiéndose eliminar los obstáculos que se presentan al momento de iniciar un negocio, abordar la demanda del mercado laboral y las limitaciones de la oferta, y generar mejores oportunidades para las mujeres y los jóvenes, siendo necesario reformas estructurales bien diseñadas para impulsar el crecimiento interno. Ningún país en la historia ha sido capaz de sostener la reducción de la pobreza sin crecimiento económico. Para lograr estos beneficios es necesario contar con electricidad y agua limpia, y lograr avances relacionados con el Estado de derecho, la salud, la nutrición y la educación, la plena inclusión de las niñas y las mujeres, la absoluta atención al medio ambiente, el clima y las condiciones del sector privado, y las mejoras en las políticas del Gobierno relativas al gasto, los impuestos y la infraestructura.


*José Manuel Herrera Villa. Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos de Desarrollo. jomahevi@gmail.com

*Tema relacionado. CRECER DESDE LAS BASES (II)

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