Por: Silvano Calvo Calvo*
Definitivamente y sobre ello vemos que hay consenso. No se podría hablar de comunidad política sin líderes y sin ciudadanos; esto es, si no se pudiera identificar a representantes que se incorporan a las instituciones y lideran el rumbo de las entidades territoriales. Tampoco habría una comunidad política si, junto a la acción tradicional de estos representantes, no existieran otros canales formales e informales de interacción a través de los que los diferentes actores e intereses públicos y privados colaboran para la consecución de objetivos económicos o sociales relevantes para esos territorios en las denominadas redes de gobernanza, como bien se sostiene por reconocidos académicos universales, en la certeza que instituciones, políticos, ciudadanos e intereses conforman el quien de las unidades administrativas públicas.
Para valorar los beneficios que gozan los actores de la comunidad es de tener en cuenta procesos electorales, liderazgos, calidad de la representación y redes de gobernanza, lo que permite decir que las unidades territoriales se encuentran políticamente en buena forma si sus procesos electorales son competitivos, sus liderazgos eficaces y sus instituciones y redes de gobernanza inclusivas. Las elecciones para elegir a los gobiernos, a pesar de algunas excepciones, han demostrado ser eficaces, como lo evidencia el hecho que a lo largo de los años han permitido conformar gobiernos estables y se han dado cambios donde se han ido alternando en el poder diferentes orientaciones políticas en gobiernos tanto de solas banderías como de coalición.
En relación con los liderazgos, deben estos ser actores visibles, reconocidos por los ciudadanos, jugar un importante papel en la gobernanza territorial, estar al lado de la sociedad civil, de los líderes de asociaciones vecinales o de defensa de intereses específicos y ciudadanía en general, que bien y mejor puedan incidir y decidir en temas sobre los asuntos del territorio en ruta a la mejora de la eficacia del gobierno, así como buscar más democracia y mayor efectividad, metas a ser perseguidas por todos con especial ahínco, necesario lo cual en los tiempos actuales donde la interlocución con otros agentes es imprescindible.
Es buscar y procurar mejores condiciones para que se gobierne con eficacia y adoptar una visión estratégica sobre diferentes asuntos, pudiendo incluso situarse por encima de lógicas partidistas, en lo que ayuda una mejor rendición de cuentas ante los ciudadanos, más visibilidad como líderes, promover mayor movilización en los procesos electorales, incrementar la participación electoral, reforzar la legitimidad, así como realizar una acción autónoma en relación a la política de partidos.
Como consecuencia de todo ello, se estaría en mejores condiciones para ser gobernados eficazmente en contexto de complejidad y dinámicas multinivel en que se mueven actualmente las instituciones políticas, donde la mayor parte de las responsabilidades sobre los problemas públicos están fragmentadas y son compartidas. Las voces críticas, por su parte, apuntan al personalismo en que puede derivar la política local y a cómo su desarrollo podría desembocar en una forma de gobierno de élites a cuya cabeza se sitúen los poderosos con todos los poderes para negociar, a puerta cerrada, políticas en beneficio de unos pocos como vemos sucede normalmente.
Por lo anterior, los líderes deben siempre estar en condiciones para afrontar el rumbo de los territorios, ser visibles interlocutores en contexto de gobierno multinivel, actuar con rapidez en la toma de decisiones y establecer con los ciudadanos vínculos de representación que los fortalezcan. Lo local es es seno de la política, por ser este nivel donde se adquiere destreza, experiencia, sus nociones sobre la democracia y el funcionamiento del sistema democrático.
*Silvano Calvo Calvo. Abogado. Especializado en Derecho Administrativo. silvanocalvo@hotmail.com