Por: José Manuel Herrera Villa*
En materia económica, social y demás otras, existen cantidad de objetivos difíciles de alcanzar de manera aislada, sino única y exclusivamente de forma conjunta, lo que traduce que debemos cohesionarnos tras tales propósitos en ruta a valorar su alcance, debiendo evaluarnos preliminarmente, observar la influencia de los programas de cohesión y estudiar la programación, en lo que importante será el análisis de los nuevos retos a los que se enfrenta el desarrollo regional durante los años por venir, los cuales van a reconfigurar sin duda el mapa económico regional.
Los efectos que se causarán por el aumento de la presión económica, los nuevos avances en los mercados energéticos, cambio climático y polarización social se harán sentir con intensidad variable, de ahí que los desafíos impondrán nuevas limitaciones al desarrollo social y humano; pero también es cierto que habrá nuevas oportunidades para el empleo y el crecimiento económico. Afrontar retos y oportunidades imponen rigurosos análisis, pensar y repensar el futuro, así como procurar respuestas políticas creativas adaptadas específicamente a las necesidades de municipios y departamentos, determinando en ello en contexto visionario los próximos cambios sociales y económicos.
La mejor forma que la política de cohesión pueda continuar promoviendo el desarrollo regional y convergencia sostenible, es guiarla adecuadamente a través de acciones coordinadas autoridades gubernamentales locales – regionales, sin descuidar la tendencia nacional e internacional, atender lo relativo a la inversión pública y darle cada vez más relevancia a los recursos locales, centros de investigación, agrupaciones empresariales, empresas innovadoras, ciencia, educación, tecnología y a la capacitación de la población activa, a efecto de reforzar la verdad que establece una relación eficiencia económica – subsidiariedad – descentralización, con la participación de los agentes locales y regionales en la concepción y aplicación de las estrategias de desarrollo.
El cometido de la política de cohesión es ayudar a las economías locales, departamentales y regionales a encontrar su lugar en los mercados, redes y agrupaciones más importantes, facilitarles su labor, evaluar sus puntos fuertes y débiles frente a los retos, las oportunidades y fomentar su avance mirando el futuro sin desconocer el pasado. Toda cohesión ayuda a estimular el Producto Interno Bruto, la creación de empleo, el aumento de la competitividad regional, como lo demuestran experiencias universales, a la par que reducir las disparidades regionales en crecimiento económico y empleo, hacer prosperar las zonas rezagadas al disminuirse las diferencias y recibir de las más desarrolladas, inversión en nuevas competencias, en el desarrollo de nuevas reservas de talento y en el establecimiento de redes y agrupaciones.
Mucho aún lo por hacer en materia de cohesión, sobre todo respecto de las zonas de menos avances, no obstante todas las regiones deben reestructurar, modernizar y promover la innovación continua con base en el conocimiento, a fin de responder adecuadamente a los actuales desafíos internacionales, imponiendo lo cual reforzar la competitividad en crecimiento y empleo, invertir en I+D e innovación, infraestructura, competitividad industrial, formación, fuentes de energía renovable y eficacia energética, a fin de contribuir todos al mejor porvenir de todos. Avanzaremos con mayor rapidez en la medida que actuemos mancomunadamente, toda vez que el éxito económico requiere una estrecha cooperación de todas las partes. No pueden desarrollarse las regiones si sus municipios y departamentos no son fuertes ni están en pleno crecimiento.
*José Manuel Herrera Villa. jomahevi@gmail.com – Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos de Desarrollo