Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
El país está hoy inmerso en una crisis que sigue produciendo enormes como profundas cicatrices en todos los aspectos de nuestras vidas, situación que exige una reposada reflexión crítica y un llamado importante a la acción para abordar los retos que enfrentamos a todos los niveles nacionalmente hablando. Requieren los nuestros atención integral a lo largo y ancho de su geografía, apoyos de manera permanente, que sean prestados en verdad los servicios básicos, lo que debería ser así para todos y a todos los niveles de gobierno.
El deterioro de la infraestructura es evidente, como alarmante y palpable la falta de inversión. Vivimos un estado de emergencia constante, lo que deja claro el poco compromiso del gobierno y del Estado mismo en esta materia, siendo imperativo redirigir los esfuerzos para mejorar tan vital situación. Igual es claro, el aumento significativo en la inseguridad alimentaria. La desnutrición aguda alcanza niveles preocupantes, como también la prevalencia del deterioro nutricional que hace necesaria una estrategia integral que incluya programas de nutrición comunitaria y la integración de servicios de nutrición en la atención primaria para abordar esta creciente amenaza. La falta de poder adquisitivo para comprar una canasta alimenticia balanceada y nutritiva, se deja notar en las afecciones vinculadas al bajo consumo de vitaminas, minerales y otros complementos alimenticios, sobre todo en niños y personas de la tercera edad. La inversión en centros asistenciales, infraestructura general, suministros médicos y formación de profesionales de la salud es crucial para revertir esta angustiosa situación.
El camino hacia la recuperación del país es desafiante, pero confiamos que no vaya a ser insuperable, en lo que ayuda la existencia de voluntad y decisión política, aspectos que requieren unidad y esfuerzos coordinados gobiernos, partidos políticos, fuerzas vivas, sociedad civil, ciudadanía y comunidad en general, para reconstruirnos de manera robusta centrados en las consultas pertinentes de las realidades y necesidades de la población en contexto de importancia, prioridades y urgencias.
Lo que viviendo estamos debe servirnos para un generalizado llamado de atención para todos nosotros sin excepción, en la verdad que no podemos permitirnos permanecer indiferentes ante el sufrimiento y el deterioro de vida de los colombianos. Es hora de la acción mancomunada, unir fuerzas, superar las falencias de nuestros coterráneos, lo que impone superar barreras políticas y trabajar juntos para restaurarnos e ir definitivamente tras nuestro integrales desarrollo, crecimiento, bienestar, prosperidad y progreso, como bien lo merece el país. rubenceballos56@gmail.com
*Jurista