Por: Iván Meneses Periodista de investigación.📇
En una pequeña casa construida con paredes y techos de zinc, pisos arenosos y un improvisado baño, cuyas paredes fueron elaboradas con plástico, un balde en dónde se asea y un fogón de leña con cuatro piedras que conforma la cocina, vive sola y enferma Silvia Collantes, una señora de avanzada edad, quien no cuenta con el apoyo de su familia y vive de la misericordia de Dios y de la caridad de algunos habitantes de su pueblo.
La poca madera con la que cuenta la vivienda está siendo destruida por comejenes.
Collantes, para sobrevivir realiza dulces de leche, que luego sale a vender por las calles de su natal Zapatosa sin importar las inclemencias del clima.
El precio de los dulces que son servidos en vasos de nueve onzas, es de dos mil pesos.
AYUDA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CASA DIGNA
En compañía del sacerdote católico, Gregorio Salazar, visité en días pasados a la señora Silvia, quien con amabilidad y cariño nos dejó entrar a la intimidad de su casa. Ahí nos percatamos que vive en condiciones inhumanas.
El religioso de inmediato ofreció brindarle una ayuda a la señora Silvia, invitando a la comunidad Zapatosera a que pongan un granito de arena para construir una casa con su respectivo baño interno. Además, fui invitado por el presbítero a recolectar fondos a través de rifas para comprar materiales y pagar la mano de obra de la dicha construcción de la vivienda.
Gracias a Dios y a la Virgen María, unas personas caritativas me regalaron mil ladrillos, ventanas y una puerta para la casa de la señora Silvia. Debemos hacer rifas para tener recursos y comprar el resto de materiales.
manifestó el sacerdote católico, Gregorio Salazar Páez.
El cura, busca poco a poco cambiar la condición de vida de esta anciana que a pesar de su extrema pobreza no pierde la fe en Dios. Como buena creyente los domingos asiste puntual a la iglesia católica, nuestra señora del Carmen a escuchar la palabra del señor y a aumentar la esperanza en que algún día nuestro Dios le cambiará la vida.
Les invito a que por favor nos pongamos la mano en el corazón y aportemos también nuestro granito de arena. Recuerden que, Dios bendice al dador alegre. Y hoy por ella y mañana por ti .
Iván Meneses- Periodista