Por: José Manuel Herrera Villa*

La formación, se nos dice, se refiere al proceso de generación y desarrollo de competencias especializadas, cognitivas y socio-afectivas, que producen diferencias de especialización entre los individuos; es decir, a la posibilidad de realización social, intelectual y personal del sujeto, de su crecimiento. Para Paulo Freire, está relacionada con la creación de procesos reflexivos donde se entrelaza una relación de la práctica con la teoría, lo que hace posible la aproximación cada vez mayor entre lo que digo y lo que hago, entre lo que parezco ser y lo que realmente estoy siendo. En Pedagogía y de un modo muy amplio, la formación hace referencia al proceso educativo o de enseñanza-aprendizaje. Se identifica también con un conjunto de conocimientos. En este sentido, se suele hablar de formación académica, estudios, cultura o adiestramiento.” 

La carencia de formación entraña decadencia, deterioro, destrucción progresiva, miseria. La formación en tanto, es un acontecimiento social trascendente por lo que significa para cada persona y por cómo lo vive la sociedad. Vital es su importancia al ser eje de progreso, referente en relación a salud, empleo, satisfacción personal, comunicación socialización y todo cuanto significa crecimiento, desarrollo, felicidad, bienestar; de ahí que haya inquietud por las exigencias académicas, siendo una realidad incontestable que requiere, esfuerzo, dedicación, disciplina, y acción.

La formación debe adquirir la importancia que merece, crecer, toda vez que es a su través como mejor pueden adaptarse las personas a las necesidades laborales y ser más eficaz. Todo proceso de formación debe darse desde la primera edad, con orden, seriedad, libertad, sin agresiones, activamente, estable, porque en definitiva todos buscamos formamos con el objetivo de prepararnos para ejercer una labor, obtener un beneficio económico con el que poder aspirar a vivir, e incluso formar una familia, Su importancia está en la preparación, teórica, práctica y social, que ella, la formación nos proporciona, con el objetivo de facilitarnos seguir en la vida. Un nuevo estatus.

De ahí la importancia de apartar de ella lo obsoleto, la vida ha evolucionado mucho en poco tiempo, y debe persistir en los perfiles de formación que mejor pueda absorber la sociedad, requerida hoy de menos teoría, aunque siempre vital, pero de más experiencia nacida de las prácticas para que no quede la formación en si misma muy limitada. Es formar en la teoría y en la práctica de forma flexible, y así sumar los perfiles sean necesarios, de acuerdo con la demanda de la sociedad. 

*Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoria Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos de Desarrollo  jomahevi@gmail.com

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