Por Alberto José Pérez

Travesías, es el primer envión narrativo del escritor nariñense Jonathan Alexander España Eraso. En esta pequeña novela de apenas cuarenta y tantas cuartillas, en su estado natural, los personajes siempre tienen un origen, un por qué estoy yo aquí,  aunque aparecen de manera sorpresiva que obliga a volver atrás, como cuando olvidamos  algo al salir de casa. Pero bueno, la cuestión  es que en ese pequeño cuerpo narrativo no nos abandona el interés por su trama desde el comienzo mismo de su lectura, fluye, remontamos cada línea en su oscuridad, dando puntadas de adivino, ante la presencia del caos que la miseria, en distintas caricaturas, nos muestra, creo que la tragedia es un buen intento para codificarla, en sus distancias.

No podría obviar la carga poética que en su «corpus» vivifica las imágenes que el novelista va emparentando con la muerte, en los puntos finales de las travesías, ese destino que no se cumple, en medio de la noche, donde el hombre afana en búsqueda de un mundo distinto al que pisa, donde su huella no escapa a las salazones y al ojo negro del horizonte.

Soy de los que piensan que a los libros hay que dejarlos caminar solos, sin cortos o largos comentarios, resaltando maravillas que no contienen, pero Travesías sí que las tiene y anima a entregarla en la mano al público lector y gozarla en cada línea, como las pequeñas olas que llegan y se van, que llegan y se van, con la muerte que es la noche eterna del que sueña.

[3] El Samán, Apure, 1951. Poeta, editor y comentarista literario venezolano. Ha publicado unos veinte libros de poesía, crónicas de libros y entrevistas. Sus últimos títulos son Un poeta como yo (Ediciones Mucuglifo), Confesionales (El Perro y La Rana), En la alta noche (Fondo Editorial del Caribe), La revelación del otro (El Perro y La Rana) y Pequeña antología (Editorial La Espada Rota). Es colaborador permanente de Contenido, suplemento literario del diario El Periodiquito. Ha sido galardonado con el Premio Único de Poesía de la Bienal de Literatura de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y con el Premio Nacional de Poesía “Centenario de Enriqueta Arvelo Larriva”. Fue distinguido por la Red de Escritores de Venezuela con el premio “Compañero de Viaje”, en reconocimiento a su contribución a las letras nacionales. Reside en Santa Clara, Barinas.