Por: José Manuel Herrera Villa*

Reflexionar siempre valdrá la pena. Nos evita caer en improvisaciones y actuar con mayor sindéresis. Normalmente deberíamos reflexionar, establecer propósitos, pensar en lo que por venir pueda estar. Pensar y analizar lo que no se hizo bien para poderlo corregir, y lo que bien se hizo para sacar provecho, conclusiones y ver que se puede convertir en propósito firme y hacer planes para alcanzarlos.

Como sociedad conviene que reflexionemos sobre aciertos, errores y futuro, ver las circunstancias, pensar y más pensar, buscar trascender a los impactos sufridos y los que se puedan prever, ver cómo ir más allá de nuestros deberes y obligaciones, igualmente como superar las posibles adversidades. Nuestro problema es de mucha mayor profundidad, y nuestras obligaciones futuras, como sociedad, también deben ir más allá de simplemente lo elemental.

Reflexionar por ejemplo respecto de la incapacidad del Estado para resolver los problemas y demandas de la población. El endeudamiento y los conflictos entre funciones del Estado. La presión social que deviene del incremento del desempleo, la desigualdad y la pobreza, elementos de la violencia vivida. La amenaza vigente del narcotráfico, que produce Estados fallidos. El aumento generalizado de la corrupción. La debilidad de las instancias de control. El avance del populismo y el autoritarismo, que favorece la disminución de libertades y derechos, y aumenta la desconfianza en las instituciones democráticas. La inseguridad jurídica que afecta la inversión, tan necesaria en la región, y que corroe la institucionalidad y el Estado de derecho. La crisis migratoria, que genera grandes tensiones. La posibilidad de la politización de la Fuerza Pública para que obedezcan a fines políticos y no a la sociedad. La situación China – USA. La polarización que afecta los esfuerzos de integración. El surgimiento de conflictos fronterizos.

Entender que vivimos momentos complejos. Que importa hacer vibrante la economía del país. Que interesa ir tras una óptima legislación laboral y una mejor seguridad social. Revisar en lo posible los tratados de libre comercio. Reducir el tamaño del Estado. Implementar una superior política social. Consolidar superiores sistemas de salud y educación y demás otros muchos que piden pista en la carrera de las prioridades.

Debemos reflexionarlo todo con seriedad. Ver que debe resolverse más pronto que después, lo mismo que atender lo importante sin olvidar lo urgente. Profundizar en todo. Analizar. Enfrentar los grandes temas a fondo. Que las lecciones de ayer nos deben hacer ver que se requiere indudablemente del esfuerzo de todos. Que, si no reflexionamos sobre esto, aquello, y no hacemos el propósito de cumplirlo, de unirnos en un esfuerzo de territorios, simplemente no saldremos avante respecto de las soluciones definitivas y futuras que requerimos. En nuestras manos está ayudar a que se cumplan bien y mejor las demandas sociales. aupemos en esa dirección y más temprano que tarde cantaremos victoria.

Profesional en Administración y Finanzas, Especializado en Auditoría Integral.

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