Por: José Manuel Herrera Villa*
Un muy importante porcentaje de las empresas en nuestro país son micro y pequeños emprendimientos, pero de paso, hay que decirlo, son las que nos sostienen, toda vez que son los creadores de la mayor cantidad de puestos de trabajo. Y si bien las crisis, especialmente las de la naturaleza que aún estamos soportando y los vaticinios más benignos hablan que durara todo el año presente cuando menos, golpean de manera inmisericorde a todos en el sector productivo, aunque no por igual, valga la acotación. En emergencia y con una economía que decrece, comprensiblemente, los microempresarios o microemprendedores, sus familias y personal a cargo, son los más afectados.
Mientras que en todas partes del mundo se ejecutan soluciones creativas para apoyar y salvar los negocios de los microempresarios; entre nosotros el Gobierno en vez de ponerse más a tono con la situación que padecen, no lo hace y se lanza a expedir decretos que juraría uno los salvarán, más no es así, debiendo revisar más tales derroteros y lineamientos; y, en consecuencia, definir para ellos políticas que en realidad y verdad respondan bien y fielmente a las propios realidades y necesidades, o que aunarse debe con las demandas de los mismos quienes a ciencia y conciencia conocen más que nadie todo cuanto los afecta.
Digo lo cual, en la verdad que el Estado debe estar al servicio del ciudadano y, no al contrario, toda vez que ahí ya no seríamos ciudadanos sino súbditos o esclavos. Y en el caso de la abrumadora carga impositiva, una vez más el Estado pone al ciudadano a trabajar gratis para él.
Los microempresarios están cayendo a un pozo sin fondo, por lo que el Gobierno debe impulsarlos y no meterle la mano en los bolsillos, ello ayuda a destruir empleos. Necesitamos más microempresarios, ya que constituyen para países como el nuestra fuente importante de progreso, pues en su conjunto impulsan la economía al consumir materias primas elaboradas como insumos para sus productos, igualmente se reconoce su poder de demanda de bienes intermedios que funcionan bajo ciertas condiciones mínimas de organización, cuentan con una planta física y demandan bienes de consumo durables como muebles y equipos de oficina, entre otros.
La microempresa en general es consumidora de bienes de capital. De hecho, es el comprador por excelencia de las maquinarias que se producen en el país, además, como también suele suceder que son demandantes de equipos desplazados por las empresas grandes posibilitando la modernización de la industria. Son igualmente productoras de buena parte de los bienes de consumo del país y de bienes intermedios para las industrias; además de generadoras de empleo como dijimos, ya que brindan oportunidad para que la mano de obra desplazada y los nuevos trabajadores que ingresan al mercado se empleen, claro que no deben ser una tabla de salvación para las políticas de empleo del gobierno porque esto sobrepasaría la capacidad de respuesta de estas organizaciones; esto es, que deben seguir siendo una opción más no la punta de lanza de la política. Como consumidora de bienes de capital es una palanca de desarrollo en la creación de una industria nacional, lo que hace más cercano el desarrollo de nuevas tecnologías propias.
Cumplen un importante papel, sin embargo, su trascendencia está en tomarlas en su conjunto, así son la clave para un mejor y equilibrado desenvolvimiento económico, sin embargo, se necesita la acción decidida del Estado en brindar apoyo efectivo y la actuación organizada de las mismas microempresas. Nacen en cualquier parte y su campo de acción es muy amplio. Dentro de las economías regionales revelan una importancia que no puede ser descuidada por los gobiernos, aparte de esto se puede ver que inclusive en economías de barrio su presencia es tan fuerte que podría decirse que son el espíritu de la organización socioeconómica de las localidades.
Características de los microempresarios es que son creadores de sus propias unidades económicas, esto es que resuelven su ingreso con su propio negocio y de hecho responden a la falta de empleo, pueden elevar sus escasos ingresos y plantean la independencia económica de la persona, lo que los hace luchadores, persistentes; son un productor entre la artesanía y la industria, al tiempo que cuenta con habilidades que ha trabajado durante largo tiempo y tiene las herramientas, la industria, las maquinas. Se trata de un personaje muy dinámico en la introducción de maquinaria a su negocio lo cual hace a la primera oportunidad y es capaz de modificar la que ya tiene para elevar la productividad de su trabajo. Microempresa y microempresarios tienen una gran responsabilidad ante el desarrollo del país, debiéndoseles mucha atención por parte de la sociedad y seguir persiguiendo el objetivo de dejar de serlo para pasar a ser empresario. Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral.