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Por: Red de Expertos de Red Verde

“Las voces de movimientos campesinos y pescadores deberían ser centrales en las discusiones de la COP”.

Ana María Arbeláez. Abogada de la Universidad de Caldas con Especialización en Derecho Ambiental de la Universidad del Rosario y Maestría en Políticas Públicas del International Institute of Social Studies de la Universidad Erasmus de Rotterdam.

Ante el creciente secamiento de los ríos, la COP-16 en Colombia es una oportunidad crucial para evaluar el papel de las hidroeléctricas como fuentes de energía limpia y su impacto en la biodiversidad durante la transición energética. En 2020, el 68% de la matriz energética del país provenía de esta fuente, lo que lo hace vulnerable al cambio climático y agrava las tensiones sobre los ecosistemas fluviales.

Este modelo no solo presiona los ríos, sino que interfiere con sus procesos naturales, pone en riesgo la biodiversidad y amenaza los medios de vida de comunidades pescadoras y campesinas que dependen de estos recursos.

El plan del Ministerio de Minas para la transición energética hacia 2050 se enfoca en las Pequeñas Centrales Hidroeléctricas (PCHs), consideradas más sostenibles por su menor escala y la ausencia de grandes embalses. Sin embargo, este enfoque no aborda el problema fundamental. Con el aumento de temperaturas y cambios en los patrones de lluvia, la construcción de nuevas represas podría incrementar la presión sobre los ríos. Investigaciones han demostrado que incluso las PCHs pueden tener impactos negativos en la biodiversidad, especialmente en áreas montañosas donde la cultura y los ecosistemas locales dependen de los cuerpos de agua.

En este contexto, las voces de movimientos campesinos y pescadores deberían ser centrales en las discusiones de la COP. Estas comunidades son las más afectadas por el impacto desproporcionado de las hidroeléctricas. La conversación sobre la transición energética debe ir más allá del simple reemplazo tecnológico; es esencial cuestionar las presiones extractivistas que han dañado los ríos y las dinámicas desiguales en la distribución del agua que perpetúan la vulnerabilidad de estas comunidades.

La Red Nacional contra las PCHs ha subrayado la necesidad de evaluar los impactos ambientales, económicos, culturales y sociales de estos proyectos. Para que la transición energética sea justa, se deben fomentar iniciativas que cuenten con el consentimiento de las comunidades afectadas y que ofrezcan beneficios directos. Un ejemplo positivo son las comunidades energéticas, que desarrollan proyectos de generación de energía a pequeña escala con participación local. En el Resguardo Indígena Pijao Hilarquito, el uso de bombas de riego con energía solar ha mejorado los proyectos productivos y reducido la dependencia de combustibles fósiles.

Estas iniciativas, junto con el desarrollo de energía solar y eólica, son fundamentales para diversificar la matriz energética de Colombia y disminuir su vulnerabilidad ante sequías y cambios climáticos. La transición energética no debe limitarse a la innovación tecnológica; también debe abordar desigualdades históricas y frenar la sobreexplotación de la naturaleza. El verdadero reto de la COP-16 será garantizar que la transición discutida sea justa, inclusiva y verdaderamente sostenible.

“Se espera lograr un compromiso político ambicioso”. Efraím del Campo Parra Muñoz. Director del Observatorio para la Sostenibilidad Regional de la Universidad Autónoma de Occidente en Cali.

Ana María Arbeláez. Abogada de la Universidad de Caldas con Especialización en Derecho Ambiental de la Universidad del Rosario y Maestría en Políticas Públicas del International Institute of Social Studies de la Universidad Erasmus de Rotterdam.

Aunque el país es reconocido por su extraordinaria diversidad biológica, los problemas como la minería ilegal, el tráfico de especies y la deforestación han impactado severamente los ecosistemas. La falta de comprensión y valoración de la biodiversidad en entornos urbanos, así como la escasa atención que recibe en las políticas públicas, también ha afectado la biodiversidad.

Una investigación en el Observatorio para la Sostenibilidad Regional revela que los Planes de Desarrollo Territorial de municipios clave no integran la biodiversidad, lo que compromete la conservación y los servicios ecosistémicos vitales, como la purificación del aire y del agua. Esta falta de políticas efectivas limita la resiliencia urbana ante el cambio climático y reduce oportunidades económicas, como el ecoturismo.

De la COP-16 se esperan resultados positivos que impacten la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible. Un objetivo clave es lograr un compromiso político ambicioso para integrar la biodiversidad en políticas públicas y planes de acción, resaltando su valor intrínseco y los servicios ecosistémicos vitales para la calidad de vida y el desarrollo económico.

Es fundamental movilizar recursos financieros adecuados, eliminando incentivos económicos dañinos y dirigiendo fondos hacia prácticas sostenibles. Este enfoque es crucial para restaurar ecosistemas y asegurar la sostenibilidad a largo plazo. Además, se espera establecer normativas que aseguren una participación justa en los beneficios derivados de los recursos genéticos y la información digital, especialmente relevante para países como Colombia, donde la biodiversidad tiene un gran potencial económico.

Otro aspecto clave es el impulso a la bioeconomía, que permitiría a Colombia desarrollar productos innovadores en biotecnología, farmacéutica y cosmética. Esto generaría empleo, atraería inversión y promovería un modelo de desarrollo sostenible centrado en la conservación y el uso responsable de los recursos.

Además, se espera que la conferencia fomente el concepto de Biodiverciudades, integrando la conservación de la biodiversidad en la planificación urbana, asegurando que las ciudades preserven y utilicen de manera sostenible sus recursos naturales. Estos resultados ayudarían a abordar la crisis de la biodiversidad y fortalecerían la resiliencia de las comunidades y la economía frente a desafíos ambientales y climáticos.

*Red de Expertos de Red Verde

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