La aristocracia concebida como gobierno de los filósofos, en la realidad fue una utopía a diferencia de la monarquía basada en dinastías terratenientes, donde el monarca hace el papel de jefe de Estado. Después de la revolución  francesa, el sistema político se basa en la democracia (poder del pueblo), la cual degeneró en  demagogia, plutocracia y dictaduras como los clásicos lo habían predicho. Desde los clásicos hasta Montesquieu y Rousseau, la clasificación del sistema político obedece a un enfoque muy superficial, basado en las características de los gobiernos de aquellas épocas y a los ideales de los intelectuales.

A diferencia del enfoque anterior, el aporte del materialismo histórico, socava la génesis del Estado y la sociedad; toda formación social se integra con dos elementos: la base económica y la superestructura. El Estado hace parte de ésta última y la base económica, determina la forma de gobierno y la configuración de todo el aparato socio-político institucional. Es decir, si las relaciones de producción y la propiedad privada son la base del modelo productivo, el Estado y sus instituciones diseñan una estructura jurídica, crearán un modelo educativo y cultural y religioso en defensa del statu quo,  que protege constitucionalmente la propiedad privada, el tipo de contratación basada en el salario y la iniciativa libre y privada, de allí que la forma del Estado es: Democrático burgués o autoritario o dictatorial. Esta teoría es descartada por los intelectuales modernos, quienes consideran, que el Estado o las instituciones, dirigen el curso del sistema económico, desconociendo así que la primera se fundamenta en la génesis y las modernas en la funcionalidad institucional.

La forma de gobierno hace parte de un sistema político y económico y es adoptada por una sociedad, de allí la importancia de analizar los aportes de tres politólogos que analizan el funcionamiento del sistema político contemporáneo: El Modelo de Samuel Phillips Huntington, pretende demostrar que existe una relación directamente proporcional entre la participación ciudadana en política y la institucionalización del poder. La participación puede ser baja, media y alta, dando origen a dos tipos de sistemas políticos: los cívicos y los pretorianos. Huntington, afirma: “Los sistemas políticos cívicos son los sistemas políticos que gozan de un nivel de institucionalización y adecuadamente proporcional al nivel de participación”.  Por tanto, se deduce que a mayor nivel de institucionalización, se reduce el poder de la élite y se aumenta la participación ciudadana en política. Sin embargo cuando argumenta el sistema pretoriano, aduce que el nivel de participación de la población aumenta cuando la realidad es otra, dada la presencia de un sistema oligárquico y radical. Por observación directa se puede deducir que a “Menor nivel de institucionalización, mayor el poder de la élite y se disminuye la participación ciudadana en política” pero  Huntington, afirma: “Los sistemas políticos pretorianos son aquellos que poseen bajos niveles de desarrollo institucional y elevados niveles de participación, de tal forma que el pretorianismo es el resultado de un nivel de participación mayor que aquel que las instituciones pueden enfrentar. Y termina diciendo que no necesariamente una mayor participación política de la ciudadanía, conduce a un sistema político desarrollado y sostenible. En todo caso, en las afirmaciones del autor, se observa una contradicción de su propia hipótesis, dado que es inversamente proporcional y la realidad es otra. Pese a dichas contradicciones, este sistema es usado por la politología contemporánea, bajo el supuesto que ayuda a entender el comportamiento político y su estabilidad.  En esencia, este modelo muestran el nivel de consistencia de la institucionalidad.

El esquema de David Ernest Apter. Se enfoca en dos variables: valores y autoridad. Los valores se refieren a la ideología, las metas sociales y la ética. En este sentido, David Easton sostiene que el sistema político, es una asignación autoritaria de valores para una sociedad, es decir, que la ciencia política se ocupará de cómo alguien toma decisiones con base en los valores. El esquema permite pronosticar que algunos líderes para lograr sus objetivos, utilizan la desinformación, el mesianismo, la ideología, propias de los sistemas totalitarios y teocráticos, mientras que también hay sistema burocrático con técnicas racionales y de negociación, bajo un mandatario con “valores consumatorios e instrumentales”

El esquema de Maurice Duverger. Éste politólogo francés incluye dos variables: el régimen político (democracia o dictadura) y el sistema económico (socialismo y capitalismo), obteniendo cuatro tipos de sistemas políticos: los democráticos: sistema libera, democracia socialista, dictadura capitalista y sistema totalitario. Aquí cabe aclarar que no se puede hablar de dos tipos de economías. La economía humana está sustentada en la producción y reproducción del capital, por tanto, la forma de producir es única y se llama “capitalista”…no se conoce otra forma de producir, por tanto no hay modo de producción socialista o comunista; en la empresa cooperativa, pública o privada, se producen valores con plusvalía,  destinados al consumo pero también generan utilidad…es la esencia de nuestro sistema económico, es decir, un país puede adoptar un “sistema político socialista” más no un modo de producción socialista.

En resumen los estudios de los politólogos antes expuestos son de carácter funcionalista, basadas en el análisis de las características culturales típicas y atípicas de un régimen de gobierno, sean monarquías, tiranías y democracias que poco contribuyen a la solución de la brecha entre el monopolio del poder político y los plebeyos de la sociedad.

Ec. Esp. Omar Escobar

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