Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
Se ha dicho siempre que errar es humano y que muchas veces o la más de las veces es necesario para aprender y crecer; no obstante, los errores de los líderes pueden ser muy graves y de alto impacto debido a su amplio alcance y alto nivel de responsabilidad, que afectan a todos los integrantes de las comunidades, que a veces o mejor, casi siempre, desencadenan un rosario de eventos que ponen en riesgo la estabilidad de la población, como lo estamos viendo y lo que es peor, viviendo, ya que los líderes políticos en la búsqueda de adquirir poder e implementar su agenda también cometen errores, muchos de ellos crasos, que ocasionan repercusiones aún más amplias, incluso afectando significativamente sectores, regiones y ciudadanía.
La historia evidencia que los errores todos pueden prevenirse y con ello sus casi siempre desastrosas consecuencias, ya que se producen cuando los líderes de todo orden y nivel toman decisiones mal informados y apresurados, sin estrategia de por medio ni meditar sus consecuencias. También cuando el ego, la estolidez, la imprevisión e improvisación los domina, no buscan la verdad más allá de sus certezas, evitan ver otras perspectivas y no toman conciencia que cometer errores es hoy y será mañana un lujo que no pueden permitirse.
Peor aun cuando esos errores llevan consigo implícito el odio, ya que como tales promueven y ahondan la violencia y la intolerancia, siendo por desgracia devastador su efecto, escala e impacto aumentados hoy por el eco alcanzado con las nuevas tecnologías de la comunicación que lo ha convertido en una de las formas más habituales de extender una retórica divisoria poniendo en peligro paz y convivencia, por lo que debe atacarse y atajarse en todas sus formas; esto es, enfatizar la necesidad de contrarrestar lo cual de manera holística, al tiempo de hacer respetar la libertad de opinión y expresión, y de colaborar con las partes interesadas relevantes, incluidas las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación, las empresas tecnológicas y las plataformas de redes sociales.
Los mandatarios deben evitar los errores, no distraerse, establecer procesos para evitar que se filtren, tener seguridad en sí mismos, prepararse mejor. Pensar, repensar, analizar, reflexionar; ya que si bien actuar sin pensar es a veces seguir el instinto, en otras ocasiones es un atajo para cometer los errores más grandes, de ahí lo conveniente de observarse, informarse, no estar tan seguro, mirarlo todo desde distintos puntos de vista, prevenirlos, estudiar el principio de diseño que habla acerca de la prevención de errores buscando simplificar las experiencias por medio de planear y ejecutar un diseño cuidadoso que los prevenga; razón por lo que interesa su control aplicando la autocrítica con moderación, evitar actuar impulsivamente, aprender a perdonar y perdonarse, adoptar un pensamiento flexible, trabajar la inteligencia emocional y centrarse en el presente.
A veces se cometen errores repetidamente porque no se toma el tiempo para reflexionar sobre las acciones pasadas y es la autorreflexión el proceso para examinar decisiones y resultados, lo que permite aprender de las experiencias.
*Jurista- rubenceballos56@gmail.com Columnista.