Por: Ec. Mag. Omar Escobar

El sistema económico mundial, basado en la producción de capital y gerenciado por el hombre, aún es incapaz de solventar las necesidades mínimas de la existencia humana. La crisis alimentaria mundial sigue llevando a más personas a niveles cada vez más graves de inseguridad alimentaria, y según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) el número de personas hambrientas a escala global creció de 282 millones a 345 millones en 2022. A fin de contrarrestar el efecto, se pretende aumentar la asistencia alimentaria a 153 millones de personas. «Nos enfrentamos a una crisis alimentaria mundial sin precedentes y todo indica que aún no hemos visto lo peor… se prevé que 670 millones de personas seguirán enfrentando hambre para 2030.”, afirmó el director ejecutivo del Programa, David Beasley.

Photo: World Economic Forum

Según estudio reciente publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ha identificado a 27 países vulnerables de sufrir crisis alimentaria causada principalmente por la pandemia del coronavirus, que llegó para agravar los factores que producen el hambre. Entre ellas está la región africana de Sahel (Malí, Níger, Chad, Burkina Faso y Mauritania), República Centroafricana, Afganistán, Bangladesh, Haití, Iraq, el Líbano, Siria entre otros, sufrirán de inseguridad alimentaria, y sus habitantes se verán afectados por hambre aguda. Para éste organismo las causas de esta crisis radican en:

  • Las conmociones económicas, como efecto del COVID-19 y las repercusiones de la guerra en Ucrania que ha disminuido el PIB y se requiere de un largo período de recuperación, como el caso de los pañises latinoamericanos.
  • Los conflictos y la inseguridad en 2021, fueron considerados el principal factor determinante en países aún afectados por crisis prolongadas: el Afganistán, la República Árabe Siria y Sudán del Sur.
  • Los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, como las sequías prolongadas en el Cuerno de África, inundaciones devastadoras en el Pakistán y tormentas tropicales, ciclones y sequías en el África austral.

Como es lógico, los asesores de la ONU, desconocen las causas estructurales y de dominación de los grandes fondos de inversión que durante la época de pandemia crecieron de manera abrumadora, por ello, es necesario contemplar medidas a nivel internacional como nacional. Desde el primero, el FMI como el Banco Mundial y la OMC, deberían contener medidas de reducción de deuda, de aranceles y contener la expansión del comercio global para permitir el comercio regional entre países pares. Por otra parte, los países deberán adoptar un enfoque multidimensional para abordar estos desafíos: reforma agraria enfocada a respaldar la producción y a los productores pequeños y locales para aumentar el comercio de alimentos y de insumos agrícolas, mediante el suministro de activos y servicios agrícolas, como cultivos, ganado, equipos de procesamiento, servicios de extensión, y capacitación por otra parte apoyar a los hogares vulnerables, e invertir en seguridad alimentaria y nutricional sostenibles para ayudar a los países no solo a enfrentar las emergencias relacionadas con los alimentos, sino también a crear soluciones sostenibles de largo plazo.

*Omar Alirio Escobar. Economista con Maestría en dirección y gestión de centros educativos y Especialista en Gestión de proyectos. Docente universitario, ensayista e investigador en varias universidades del país.

TEMA ENLAZADO: INSEGURIDAD ALIMENTARIA

¿Cómo le pareció el artículo?
+1
1
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

Por editor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *