Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
A pesar de todo lo malo y peor que nos ha sucedido, sucede o pueda sucedernos, importante sería nutrirnos, llenarnos de optimismo, cerrarle de plano las puertas al pesimismo, o en el peor de los casos, buscar a manera de fórmula el equilibrio que nos ayude a llevar la vida de mejor manera, sobre todo por los desaciertos, errores, malversaciones, desmanes, desafueros y demás otras perturbaciones que acaecen en las administraciones públicas, de lo que somos testigos y debe convocarnos lo cual a actuar mancomunadamente, que no aislados, en beneficio de los intereses superiores de la ciudadanía y colectividad entera.
Ser optimista paga. Un optimismo racional, que nos marque social y comunitariamente. Que seamos desde esta óptica una sociedad que, considerada e identificada por el tipo de relaciones, nos defina como ciudadanos con mejor juicio y criterio para ver con sentido y pensamiento crítico, las cosas que se suceden en nuestro entorno, para así ubicarnos fundamentados en esa racionalidad, modo de ser y proceder, como personas acertadas y asertivas respecto de nuestros comentarios y consideraciones soportados en ese equilibrio y consecuente ponderación.
Importa profundizar respecto de cómo observamos la realidad desde nuestra personal, particular percepción y demás otras maneras de reconocer, interpretar y transmitir pensamientos y sentimientos, siempre con la esperanza de mejorar para todos, en lo que cabe proponer panoramas interesantes, interpretaciones positivas, afán de progreso y formas de superación. Alejarnos de los aspectos negativos, ser veraces, equilibrando nuestros juicios para que el aporte que hacemos al comentario, cohesión y convivencia social ayude a esclarecer la verdad, vislumbrar y vigorizar la esperanza, ausente en muchos ámbitos.
Es como ciudadanos, colaborar y participar activamente. Trabajar con otros en la realización de obras, contribuir o ayudar al logro de varios fines. Tomar parte en algo. Recibir una parte de algo. Compartir. Tener opiniones, ideas, iniciativas, pareceres. Ser parte cierta de una sociedad que nos requiere como personas. Ser elementos sociales. Dar parte, noticias, comunicar. Conceptos que, aplicados a la política, dan cabida a la acción cívica. Algunos apenas colaboran en la política y otros participan activamente, lo que debe ser siempre. Estamos como estamos en muchos casos y en la política, por existir personas que se han excusado y se excusan de integrarse activamente a ella, sin tener motivos para lo cual. Tenemos en tanto y con razón, felicitar a quienes de distinta forma sienten la responsabilidad del bien común y tratan de buscar y poner en marcha honestas soluciones a los males y carencias sociales.
Necesitamos en realidad y verdad, colaboradores múltiples para que recojan anhelos, identifiquen a ciencia y conciencia los problemas, importancias y urgencias sociales, propongan soluciones viables y luchen cívicamente hasta lograrlas; así como participantes inteligentes que con espíritu cívico se conviertan en generosos adalides para alcanzar ese bien social que es anhelo mil y más veces aplazado.
Rubén Darío Ceballos Mendoza. rubenceballos56@gmail.com- Jurista