Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

Hace casi tres años me refería en un par de crónicas tituladas respectivamente: “DEFENSA DE LA ESTABILIDAD SOCIAL” (23/02/2021) y “DEL DERECHO A LA INFORMACIÓN” (01/03/2021), preocupado por las consecuencias de la grave polarización política, la desigualdad económica y la inestabilidad social, agudizadas por la forma desaprensiva e indolente de cómo se manejaba al país por los gobernantes de ese entonces y los fuertes cuestionamientos de la oposición.

Hoy terminando este año, cuando ya llevamos 16 meses bajo el mandato de un gobierno progresista de inclinación izquierdista, observamos con preocupación y enormes dudas las frecuentes actuaciones incomprensibles y confusas del mandatario, como de sus funcionarios, empeñados en direccionar o mejor, implementar muchas de sus reformas y propuestas políticas de cambios sociales, sin adelantar la necesaria socialización y sensibilización que estas requieren, entendiendo que transformaciones como las impulsadas, necesitan de previos procesos de asimilación por parte de los destinatarios.

Pero al parecer, observamos con preocupación, cómo el gobierno actual desatiende y desestima, quizás imprudentemente el fuerte rechazo que sus reformas generan, por los temores a los cambios y especialmente, por la denodada pugna de sus contradictores políticos, quienes apoyados por los grupos de presión encabezados principalmente por los medios de comunicación masiva, prensa, radio y televisión, los gremios y los comerciantes, enfilan casi al unísono sus cuestionamientos contra la mayoría o totalidad de sus propuestas, en especial con las de la salud, la laboral, la pensional, la educación, la redistribución de tierras y la implementación de los procesos de paz con los diferentes actores del conflicto.

Así las cosas, terminamos el año en medio de generalizados debates y críticas en contra de todas las actuaciones gubernamentales, según proclaman sus opositores, consiguiendo confundir a la población en general, como se evidencia y aprecia con los resultados de las diferentes encuestas que se publican para estas épocas, en las que la imagen del mandatario y de sus ministros muestra grandes índices de desaprobación en contra de sus polémicas reformas de cambios institucionales y sociales.

Resumiendo esta situación, es deplorable observar como por la insensatez y la arrogancia del gobierno actual, se permite y facilita que la oposición debilite y tergiverse alcance de sus reformas, generando desconfianza y dificultando la implementación de cada una de sus propuestas, lo cual conlleva a desaprovechar una irrepetible oportunidad de legitimar y conseguir los ajustes indispensables para conseguir las reivindicaciones económicas y sociales que necesita la mayoría de la población urbana, rural y campesina de nuestro país, que se encuentra actualmente sujeta a enormes desigualdades en sus condiciones de supervivencias dignas y decorosas.

Desafortunadamente Colombia termina el año, con aumentos desproporcionados en los productos básicos de la canasta familiar, en los servicios públicos, especialmente con el de energía eléctrica en la costa atlántica, y en medio de crecientes olas de inseguridad en sus ciudades y en el campo, con el aumento de las extorsiones, los asaltos de los delincuentes, los secuestros y asesinatos de líderes sociales, lo cual no genera mayores visiones, ni expectativas positivas, sin embargo, la apuesta consiste en confiar en que mejoraran las cosas en medio de los múltiples conflictos para el año venidero.

*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

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