Por: José Manuel Herrera Brito
Desde los inicios de la radio musical, nuestras esferas sociales han vivido y sido testigo de los distintos procesos de modernización sucedidos, habida cuenta de haber tenido gracias a ella un importante e innegable ascendente sobre la sociedad en su conjunto, al ser influenciada de manera vital e imprescindible. En tal contexto, surgió en Santa Marta, hace ya 47 años, un 17 de abril, de la mano de su hasta hoy único director José Acuña Campo, “Sonorazos del Caribe”, espacio admirable referido a la más icónica de las revoluciones musicales del Caribe Universal, vigente luego de más de 100 años de existencia, La Sonora Matancera, una y única en el firmamento artístico latino y orbital.
Ha vivido Santa Marta a través de este programa radial una referencia musical paradigmática, a la par que, definido en los samarios, costa norte y muchas otras latitudes, gran parte de su esencia musical, además de haber ayudado a encauzar un gusto musical de excepción en el camino de validar lo que musicalmente representa el mundo Caribe. Hemos conocido a través de este programa decano, la evolución de una agrupación musical en las más de sus facetas hasta hoy y los conceptos más utilizados en cuanto a las categorías musicales, tipos y ritmos que el Caribe como entorno territorial encarna.
La Sonora Matancera ha sido objeto de innumerables estudios, que es su mayoría hemos conocido y disfrutado gracias al Maestro Acuña Campo. Contexto histórico, transformaciones, músicos, cantantes, compositores y verdaderos protagonistas musicales, juntando fuentes informativas que le han permitido compilar la tal vez más completa base de datos posible de esta agrupación.
Actividades que le han valido múltiples reconocimientos de gremios, asociaciones, corporaciones, entidades, instituciones, fundaciones y autoridades locales, departamentales, regionales, nacionales e internacionales de significación y relevancia, lo que llama a invitar, para que este programa perdure en el tiempo, se vinculen a él personas y empresas, en la verdad que debe permanecer un espacio radial de esta dimensión, que camina a romper records por su confección, diseño, contenido, investigación, calidad y perdurabilidad.
Ha recurrido por lustros a brindarnos entrevistas en profundidad con muchos de sus protagonistas y expertos, que nos han proporcionado una visión atinada y completa de lo que fue, ha sido y es como monumento artístico que no ha tenido iguales y menos superiores; así como quiénes fueron sus verdaderos artífices que nos han llevado a comprender el porqué de su significancia musical, dilucidando de paso periodización histórica, análisis de contenido y complejidad intrínseca, lo que a pesar de ser sencillo en apariencia, presenta, como casi todas las manifestaciones de la cultura sonora, una multitud de vertientes que confluyen en el hacer y quehacer musical, que obliga a dar cuenta de numerosos y enriquecedores aspectos, la propia contemporaneidad del fenómeno que permite el acceso a fuentes primeras de información y el impacto puntual en el desarrollo de la música, afianzando el gusto musical de los de ayer y de la juventud incluso en su recorrido en el tiempo, impidiendo que asistamos, como el mundo hoy, al ocaso de la radio musical tal y como la estamos palpando desde hace ya varios decenios. saramara7@gmail.com