SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

El turismo, fenómeno social, cultural y económico que supone el desplazamiento de personas a países o lugares fuera de su entorno habitual por motivos personales, profesionales o de negocios; y, que, según la Organización Mundial del Turismo – OMT, son las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno natural por un período consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocios y otros motivos; debe mostrarse siempre novedoso, generoso, vital y actual, en capacidad de empezar y ser en todo momento el comienzo de un nuevo viaje, ya que representa el turismo índices y guarismos significativos en los planos nacional e internacional, que nutren en manera importante el Producto Interno Bruto – PIB, y también en señalada manera todos los puestos de trabajo.

Debe ser en todo tiempo y lugar el turismo un sector en auge, robusto, lleno de posibilidades y con una capacidad infinita de reinventarse, siendo precisamente en dicho contexto que nace y debemos impulsar nuevos caminos en cuanto a sostenibilidad turística se refiere, en lo que importan alianzas estratégicas, uniones temporales, asociaciones y demás otros engranajes económicos y operacionales, a efecto de combinar desarrollos en lo social, empresarial, económico y cultural de la industria del turismo con las estructuraciones que necesarias sean, para fortalecer en importante manera el mercado turístico nacional e internacional con soluciones innovadoras, sostenibles y sustentables.

Cuidar del medioambiente y los recursos naturales ya no es una opción, por lo que sí o sí tenemos que como ciudad turística que somos, buscar y tomar acciones que nos lleven a formar parte significativa en la revolución sostenible, toda vez que la sostenibilidad es un área transversal que se ve reflejada en los diferentes ámbitos de la actividad turística; y, debe ser parte de nuestros objetivos enseñar a aplicarla en todas y cada una de las personas y sectores que tienen que ver con la industria del turismo, misma que hay que potenciar y hacer valer en todo su espectro, gestionar, apuntarle a su sostenibilidad, recursos y destinos, amén de especializarnos en sus múltiples posibilidades, planificación estratégica, gestión de destinos turísticos inteligentes, patrimonio, desarrollo de proyectos y gobernanza colaborativa.

De otra parte, importante es manifestar que los actores económicos han visto la coyuntura de apropiarse del discurso de la sustentabilidad, para generar oportunidades de negocio como el turismo sustentable, o discursos políticos innovadores que han tenido eco en aspectos tales como el desarrollo endógeno y local, debiendo decir en cuanto al primero, que su relación con el turismo es la materialización económica de una forma de desarrollo que permite agregar al interés por el medio ambiente el crecimiento económico.

Sobre el particular, la experta Patricia Salcedo, indica que, en la búsqueda de un paradigma de desarrollo sustentable, la economía ecológica, conocida como teoría del desarrollo humano o economía del bienestar natural, juega un papel relevante al ser la ciencia de la gestión de la sustentabilidad que evalúa la insustentabilidad. Su enfoque principal está en la sustentabilidad de las interacciones que se dan entre los subsistemas económicos y el macrosistema natural. La sustentabilidad debemos entenderla como la capacidad de la humanidad para vivir dentro de los límites ambientales.

Estudia la economía ecológica las relaciones entre el sistema natural y los subsistemas social y económico, incluyendo los conflictos entre el crecimiento económico y los límites físicos y biológicos de los ecosistemas, debido a que la carga ambiental de la economía aumenta con el consumo y el crecimiento demográfico. La legitimación de estas nuevas narrativas está dada por nuevos conocimientos incorporados en el dispositivo del discurso del desarrollo. En los últimos decenios, el acontecimiento discursivo más importante en lo global, ha sido el posicionamiento de los conceptos derechos humanos y desarrollo sustentable, casi siempre unidos, legitimados simbólicamente como las reivindicaciones que tiene la humanidad, después de la decepción de la promesa incumplida del desarrollo económico, la mayoría de las veces sin aparecer.

En la dinámica de la narrativa, derechos humanos y desarrollo sustentable han sido tomados por nuevos actores políticos y económicos que los han aprovechado para instaurar nuevas políticas y estrategias. La preocupación por el ambiente aparece por cambios sustanciales en la forma de vida de las poblaciones. La superpoblación urbana y la consecuente contaminación que hemos generado, imponen cierta culpa sobre las sociedades, manifestadas en un interés por proteger el entorno. El que peca y reza empata, dice el refrán popular.

*Saúl Alfonso Herrera Henríquez. saulherrera.h@gmail.com – Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual

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