Por: Iván Meneses.  Periodista de investigación.

Cuando apenas era un niño  allá en mi tierra Zapatosa, Cesar, con mi hermano Régulo Alfonso y mis amigos,  deseábamos que llegara el mes de Agosto para aprovechar sus fuertes brisas y elevar nuestras frágiles cometas al viento, las cuales eran elaboradas por nuestros padres o abuelos.

Tras el fallecimiento de mi padre, Régulo Meneses acudíamos mi hermano y yo en busca  del señor Manuel «Mañe» Mattos, quien era uno de los habitantes de Zapatosa que se dedicaba a la elaboración de los papagallos cómo eran conocidas las cometas en ese corregimiento.

Los materiales utilizados para la elaboración de los papagallos son: papel de colores,  pegamento (colbón), barillas de palma de vino e hilo.

En una entrevista vía telefónica que le hicimos al señor «Mañe» Mattos, nos contó que,  él comúnmente no cobraba por hacer las cometas, por qué los lazos de amistad que nos unen a todos en el Pueblo nos fortalecen como familias.  La hermandad es la carta de presentación de cada zapatosero.

Recuerdo a mis profesores de primaria y de bachillerato cuándo nos pedían que para el Viernes debía llevar una cometa, porque se realizaría como era costumbre un concurso en dónde se premiaban las cometas que más volaran, las coloridas y las más creativas.

El cielo Zapatosero se vestía de colores, las calles y sabanas se llenaban de niños, jóvenes y de adultos corriendo, dándole «hilo hasta el carreto» a sus cometas. Esos momentos estaban llenos de pura diversión, pero nos divertíamos aún más cuándo corríamos tratando de alcanzar a las cometas que las fuertes brisas le  rompían el hilo, y  el viento se las llevaba con rumbo desconocido.

Con el transcurrir de los años crecimos,  convirtiéndonos en hombres en busca de  un mejor futuro en  las principales ciudades colombianas, pero añoramos las vacaciones para regresar a nuestro terruño.

Los niños mostrando con alegría sus cometas y muy animados a elevarlas en las sabanas de Zapatosa

La  costumbre de elaborar y volar cometas se perdió como humo en las montañas. Esto se debe a la falta de interés, de sentido de pertenencia y de darle valor a nuestras costumbres ancestrales por parte de nosotros mismos.

En la actualidad nos embarga la nostalgia al ver aquel mismo cielo, aquellas calles y sabanas que nos marcaron para siempre con felicidad nuestra niñez sana.

Las docentes de preescolar Nayibe Cárdenas,  de primaria María Janeth Muñoz, entre otros, inquietos y preocupados por rescatar la bonita tradición en el pueblo, animan a sus pequeños estudiantes a elevar cometas en la sabana, quienes motivan a sus papás para que estos se las elaboren.

Con esta actividad no solo se busca rescatar la tradición de elevar cometas, sino que, también busca que la nueva generación viva su niñez y juventud alejados de los videojuegos  y de las redes sociales un poco, para que entiendan que la vida real es muy bella.

El pasado Viernes las profesoras, Nayibe Cárdenas y María Janeth Muñoz, lograron que sus alumnos pasaran una tarde inolvidable en la sabana,  aprovechando las brisas de Agosto para que las cometas  volvieran a adornar el cielo con sus vuelos.

Les dejo una estrofa de la canción que se convirtió en clásico del vallenato, «Tiempos de la cometa», de la autoría de Freddy Molina, y que fue grabada por los grandes intérpretes de nuestro folclor:

» No volverán los Tiempos de la cometa cuándo yo niño brisa le pedía a San Lorenzo, mariposas en la Malena revoletean son recuerdos»…

Iván Meneses. Comunicador Social y periodista.

Su canal de YouTube «el periodista de moda», es un canal con el estilo propio de la Región Caribe colombiana, y ejemplo de las tendencias del periodismo moderno.