gloria Zuleima curvelo alfonso

Por: Gloria Zuleima Curvelo Alfonso*

El trabajo social hoy más que nunca interviene positivamente en demandas muy variadas de toda la población, independientemente del nivel económico u otras consideraciones. Es ayuda y apoyo para las más de las actividades y distintas situaciones de la vida diaria. Es una disciplina que nació ligada a dar respuesta a las necesidades, especialmente materiales, de las personas más vulnerables de la sociedad como nos lo indica la historias al a ver sido esta su función principal.

Sigue el trabajo social poniendo énfasis especialmente en las personas y los grupos más vulnerables y en riesgo social, aunque igualmente abarca a todos los sectores de la población porque promueve los derechos de personas y comunidades, ofrece apoyo irrestricto en los procesos de cambio o de crisis para aumentar la cohesión, la integración social y el bienestar desde la perspectiva de los Derechos Humanos; de ahí que partiendo de esta premisa, allí donde haya personas o grupos, el trabajo social tiene una razón de ser, siempre desde el compromiso ético, respetuoso y responsable y apoya personas y grupos que se hallan en situaciones complejas, de cambio vital y que necesitan de un acompañamiento profesional.

Algunas de estas situaciones vienen derivadas de escenarios como violencia de género, personas sin techo, dependientes, familias que inician un proceso de adopción, adolescentes con problemas en salud mental, inmigración, trabajo con personas que se encuentran en centros penitenciarios y con las sus familias, entre otros, por lo que sería casi imposible hacer un listado exhaustivo de todas las situaciones en las que puede intervenir el trabajo social, pero en síntesis podríamos decir que interviene en atención directa a personas, familias y grupos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social o necesitan de la mediación para resolver sus conflictos en cualquier momento del ciclo vital, vale decir desde la pequeña infancia hasta la vejez, puesto que descubre necesidades de la población con el fin de orientar las políticas sociales, sentido en el cual trabaja en red con otros profesionales (juristas, educadores sociales, economistas, psicólogos, personal sanitario), en vía a mejorar el bienestar de la ciudadanía, al tiempo que realiza dinamización comunitaria, impulsa acciones surgidas en la propia comunidad que tienen como finalidad la mejora de algún aspecto de la vida colectiva y del territorio, así como participa en planes de intervención y en proyectos de investigación siempre con el objetivo de mejorar el bienestar de personas, grupos y comunidades.

Es definitivo el trabajo social para asegurar el estado del bienestar, no tanto como proveedor de servicios, sino especialmente como profesión que busca dotar de herramientas a las personas, grupos y comunidades para que sean ellos mismos promotores de su propio cambio.

Por su formación interdisciplinaria, el trabajador social tiene una amplia visión de las situaciones, está especializado en la detección de necesidades sociales y en promover soluciones implicando a los protagonistas, visitándolos, hablándoles, escuchándolos, ver que necesitan para mejorar su vida cotidiana, evaluar su situación y buscar los recursos pertinentes y, si es necesario, la colaboración de otros profesionales para garantizar el máximo de autonomía y bienestar posible. Sin duda alguna el trabajo social promueve la calidad de vida de personas y grupos desde la perspectiva de los Derechos Humanos, en la verdad que cualquiera puede necesitar del trabajo social en algún momento a lo largo de su vida.

*Trabajadora Social. Lideresa Social Comunitaria. Conferencista. Tallerista

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