Por: Julián Martín Ruíz Frutos*
Se ha dicho siempre que las oportunidades están ahí, de puertas abiertas esperando que por ellas lleguen, aunque igualmente se dice con frecuencia que del lado de los gobiernos las puertas permanecen cerradas para las oportunidades las más de las veces; de otra parte, es de ocurrencia que las crisis muestran cada vez más, que las sociedades saben reaccionar solidariamente ante las mismas; especialmente cuando se conocen, acusan y padecen las dimensiones de sus efectos, una característica de muchas de nuestras sociedades con la que contamos y confiamos, que se ha repetido en múltiples ocasiones y son de suyo bien conocida por las autoridades, que deberían estar preparadas para recibir su participación en este tipo de circunstancias.
En las crisis, y ello es para tenerse en exacta cuenta por parte de todos, debe confiarse en los más de los sectores sociales, presumirse que los segmentos o grupos que la conforman deben articularse para ser aprovechados en beneficio de todos; y, los gobiernos, apropiarse de las oportunidades y establecer sólidos mecanismos de colaboración para coordinar acciones, facilitar las tareas y mostrar su solidaridad y coordinación con las sociedades, particularmente las que siempre se muestran dispuestas a colaborar, por lo que muchas veces, y es ello lamentable, sorprende que muchos de los tratos a las organizaciones de la sociedad civil y a las iniciativas que buscan participar fuera del área de control de la esfera gubernamental, sean desdeñadas.
Sin embargo, hoy por hoy y las más de las veces, la sociedad logra imponer su voluntad a través protestas claras y enérgicas en las redes sociales, que obliga en ocasiones al gobierno a cambiar sus posturas, no sin manifestar su incomodidad, lo que resulta incomprensible al preocuparse por asuntos baladíes y mantenga estos tipos de reacciones ante sectores de la sociedad que muestran muchas maneras su interés en participar en la esfera de lo público.
De ahí que no se entienda muchas veces estos tipos de actitudes por parte de los gobiernos, quedando cada día más claro que nuestra sociedad no cambiará y que cada vez exigirá con más enjundia ejercer su derecho a promover iniciativas de colaboración y participación, cuando así lo estime conveniente, lo que es plausible a todas luces.
Y no es que la sociedad civil pretenda adentrase en el juego de las manipulaciones, como se afirma tantas veces desde los gobiernos, están equivocados, ya que para las diversas organizaciones de la sociedad el desafío es encontrar, o al menos tratar de encontrar las maneras mejores para fortalecer su presencia en las crisis. julianruizfrutos@hotmail.com
*Abogado. Especializado en Derecho Laboral
