JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito

La política, es consenso universal, nos sirve para ser mejores ciudadanos; no obstante que de ella, la ciudadanía en general no tiene un buen concepto, como tampoco de la calidad de la democracia o de las instituciones políticas, lo que es una alerta y por tanto debe tratarse con sumo cuidado, ya que la nueva realidad del mundo exige cambios importantes de paradigmas, en lo que importan gobernanza, gobernanza colaborativa, gobierno abierto y ciudadanía activa, conceptos que cada día cobran y tienen gran relevancia.

Entendemos por política, lo perteneciente o relativo a la doctrina política. Lo perteneciente o relativo a la actividad política. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o cualquier otro modo.

En la actividad política, encontramos una primera como aparente y tradicional dicotomía: -la actividad política ejercida por quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos; y -la actividad política ejercida por ciudadanas y ciudadanos cuando intervienen en los asuntos públicos. El ciudadano del común ha sufrido varias decepciones políticas, Ha ejercido su voto y se ha sentido decepcionado por los resultados de ese ejercicio de un derecho político consagrado en la Constitución y siente que las instituciones políticas no lo representan, por lo que tiene una opinión lamentable de la política y de las instituciones, lo que traduciría que la debilidad de la política y la desconfianza son el Talón de Aquiles del proceso de consolidación de la democracia.

La gente no le tiene confianza a las instituciones políticas, al legislativo, a los partidos políticos, al poder judicial y muy poco a sus gobiernos, lo que nos revela que la población no confía en las instituciones, pero pone mucha confianza en los caudillos, lo que nos dice que algo no marcha como debiera, que no nos sentimos bien representados, que quienes gobiernan no lo hacen a favor de la mayoría, sino que lo hacen privilegiando a los grupos de influencia, consideran que la política como actividad no nos sirve como quisiéramos y por lo tanto, si las cosas no están bien, hay que cambiarlas.

La ciudadanía tampoco le tiene mucha confianza a los medios de difusión, por lo que busca fuentes alternativas de información y de comunicación siendo las redes sociales las que llenan el vacío para comunicación directa entre personas, colectivos y organizaciones sociales; así como varios medios electrónicos de comunicación y de investigación a través de la Internet, y de diseminación de contenidos especializados en temas políticos y económicos, una realidad que permite a personas informarse de fuentes directas y no depender de los medios tradicionales de información (radio, televisión, periódicos y revistas).

La nueva realidad, que ya es parte de la forma de ver la vida de las personas en el mundo, nos informa que la política, como cualquier otra actividad humana, debe hacerse de otra manera, mensaje que debe llegarle pleno a quienes tienen interés en lo público, y en las políticas públicas, por lo que mucho y más interesa la gobernanza, que es el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía. Valioso concepto que nos permite repensar la forma de hacer política; ya que, si los varios actores optan por trabajar de manera mancomunada para avanzar hacia un desarrollo sostenible o duradero, podremos tener mejor gobernanza; y tanto, posible como probable es que sintamos que nuestras expectativas son tenidas y tomadas en cuenta. saramara7@gmail.com

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