Por: Iván Meneses – Periodista.
Una de las tradiciones que se celebra en el mes de diciembre, es el encendido de las velas de colores metidas en faroles, con la cual se festeja en honor a la virgen de la inmaculada concepción.
La festividad empieza en la noche del siete hasta el amanecer del día siguiente. En distintos países también se celebra, pero varia según las creencias religiosas de sus regiones. Pero, ¿Cómo nace esta tradición?
Bueno, en nuestro país se celebra el día de las velitas, por ser la fiesta de la virgen de la inmaculada concepción. Así lo proclamó el papá Pio IX el ocho de diciembre de 1.854.
En Barranquilla, la fiesta empieza el siete de diciembre, con la cual se da inicio a las fiestas navideñas en esa ciudad colombiana, donde las fuertes y frescas brisas provocan de ambiente agradable.
En la madrugada del ocho de diciembre, los barranquilleros ponen en las puertas, terrazas y balcones de sus casas y apartamentos, velitas con farolitos de colores para evitar que la suave brisa las apague.
En el centro y por las calles de la Arenosa, ya se ven quioscos y puestos en las esquinas, a personas vendiendo los paquetes de velas y faroles para generar ingresos económicos, como lo hace el señor Álvaro Pedrozo, quien a diario en horas de la mañana llega desde el municipio de Malambo, Atlántico, a vender las velitas y faroles al centro de la capital del departamento.
Pedrozo nos manifestó que la materia prima de las velas están escasas, porque las empresas que las fabrican no tienen la parafina suficiente para su elaboración.
Una caja de vela este año cuesta 75 mil.
En años anteriores se conseguían desde 20 a 40 mil pesos. El paquete de velas oscila entre 2.500 a 3.00 0 pesos, y los faroles tienen el costo entre 1.000 a 1.500 pesos.
Cada vez la situación se torna muy tesa para nosotros los vendedores del centro, pero esto se debe a la pandemia que nos fregó a todos y la falta de apoyo por parte de la alcaldía y la gobernación, sostuvo el señor Álvaro Pedrozo.
Agentes del espacio público en compañía de la policía metropolitana, no dejan que los vendedores del centro, se ganen el sustento diario para sus hogares, alegando que están obstaculizando las vías vehicular y peatonal.