Por: José Manuel Herrera Villa*

Desafortunadamente hay corrupción, corre a mares, también impunidad y muchos servidores públicos deshonestos y esto debe decirse por todos con meridiana claridad, sin temor alguno y desde donde nos encontremos y sepamos que actos de esta naturaleza se están sucediendo. Tenemos que exigir servidores públicos probos, con valor sustantivo, honestos, que sean eje de nuestra democracia.

Lo honesto se refiere a ese conjunto de atributos personales como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y de actuar, y eso es lo que queremos en toda la administración pública, servidores dispuestos a facilitarle ayuda a los demás, honestos, que encarnen lo cual como un valor moral fundamental para establecer relaciones interpersonales en escenarios de respeto y confianza. Actuar con honestidad supone valores, verdad, justicia y nunca anteponer los intereses personales o de grupo a los colectivos o generales.

Las personas honestas se ciñen a las buenas conductas y se caracterizan por la rectitud, la probidad, la honradez y la honorabilidad, aspectos que deben llenar todos los aspectos de la vida y deben manifestarse siempre en lo social, en el entorno personal y en la vida íntima.

Los servidores públicos deben dar muestra de comportamientos coherentes a los tenores que comportan la honestidad y se consecuentes con lo que demandan la moral, la ética y las buenas costumbres. Una persona honesta rige sus actos por la transparencia en nuestras relaciones con los demás y entender que una persona deshonesta es un ser sin honor y sin credibilidad.

Muchos servidores públicos, lo sabemos todos, están contaminados por la deshonestidad, razón por la que no deben serlo, por la que no merecen serlo, tales como aceptar cargos para los que no están preparados, servir como piezas de engranaje para proyectos personales o grupales, ambición para hacer fortuna, encubrir todo tipo de ilícitos, deslealtad con las tareas encomendadas.

Importa por sobre todas las cosas, hacer a un lado todo cuanto nos señale corrupción. No creo que sea difícil reunir los atributos de un ser honesto cuando hay ejemplos de servidores públicos a lo largo de nuestra historia administrativa pública que bien sirven, ayudan, colaboran, no mienten, no abusan no benefician y no se aprovechan de la ciudadanía.jomahevi@gmail.com *Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Gerencia Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos

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