gabriel garcia amrquez

Por: Camila Colina*

El realismo mágico es una de las corrientes literarias que más ha aportado y maravillado en el mundo de la literatura. Exploramos su origen y características. El realismo mágico es un fenómeno literario que sumerge a los lectores en un mundo donde lo extraordinario se entrelaza con lo cotidiano. Esta corriente literaria tiene sus raíces en América Latina y ha sido el vehículo a través del cual escritores han explorado la realidad de una manera que desafía la lógica y abraza lo inexplicable.

¿Dónde se originó el realismo mágico? Hay varias razones por las cuales este movimiento literario floreció en Latinoamérica. Desde una perspectiva antropológica, la cultura América Latina es polifacética y, por lo tanto, es tierra fértil para que se dé un fenómeno como el realismo mágico. Solo hay que pensar en el panorama que se trenza cuando se entrelazan las mitologías indígenas con la religión europea y las tradiciones africanas: una narrativa en la que lo sobrenatural se percibe como una extensión natural de la realidad. Por otro lado se encuentra el papel de la naturaleza que, con sus paisajes exuberantes y variados, también ha jugado un papel en el desarrollo del realismo mágico. La presencia constante de la naturaleza y su impresionante poder a menudo se reflejan en las obras literarias de este movimiento, teniendo un papel tan mágico como simbólico.

Historia del realismo mágico. El realismo mágico surgió en un contexto de agitación social y política en el siglo XX. Autores como Gabriel García Márquez y Alejo Carpentier utilizaron el realismo mágico para criticar las estructuras de poder y explorar las realidades sociopolíticas de sus países. Al entrelazar lo mágico con lo real, se volvió posible construir una crítica social y política que abordara realidades despiadadas como la opresión, la injusticia y la lucha por la identidad, envolviendo al lector en una narrativa encantadora y profundamente humana. Quienes vivimos en Latinoamérica, experimentamos una dosis diaria de elementos sorprendentes que pasan desapercibidos (desde lluvias de jacarandas hasta una botarga del Dr. Simi bailando en una esquina perdida de la Ciudad de México). No es gratuito que Coco y Encanto, las dos películas de Disney Ambientadas en Latinoamérica, estén llenas de elementos sobrenaturales que parecen cotidianos. Es otra forma de decir que a los latinos nada nos sorprende (para bien y para mal), y eso se refleja en nuestra literatura.

¿Qué es el realismo mágico y cuáles son sus características? En el corazón del realismo mágico reside la capacidad de aceptar algo maravillosamente extraño como si fuera normal (algo que quizá solamente las personas que vivimos Latinoamérica, un lugar demasiado surrealista incluso para Salvador Dalí, podríamos lograr). Las historias que nacieron bajo el velo de este movimiento se caracterizan por presentar eventos sobrenaturales como si fueran parte integral de la vida diaria, desdibujando las líneas entre la realidad y la fantasía. La lluvia de flores que escribió García Márquez, o el famoso pueblo de fantasmas que Rulfo bautizó como Comala son algunos ejemplos.

¿Cuáles son los elementos clave del realismo mágico? El realismo mágico no se trata simplemente de insertar elementos fantásticos en una narrativa cotidiana. Se requiere una perspectiva estética anclada en el contexto cultural que da vida a metáforas que describen al mundo de manera aparentemente objetiva. Podemos encontrar algunas características esenciales de este movimiento literario: Normalización de lo fantástico. Descripciones sensoriales ricas. Narrador imperturbable. Fusión de tiempos y espacios

La normalización de lo fantástico. Los elementos mágicos no son tratados como excepcionales. En cambio, son aceptados y asumidos como parte de la realidad. (En un territorio donde cada noche pasan comprando colchones y refrigeradores con un altavoz, La Llorona es una leyenda más factible que escalofriante).

Descripciones sensoriales ricas. Las narraciones están llenas de detalles sensoriales que hacen que el mundo ficticio sea vívido y palpable para el lector. El mejor ejemplo de esta característica lo encontramos en Como agua para chocolate, donde prácticamente podemos saborear las letras de Laura Esquivel.

Narrador imperturbable. El narrador presenta los eventos mágicos sin sorpresa, como si fueran parte de la vida cotidiana, lo que refuerza la verosimilitud del relato y las metáforas no como recursos literarios, sino como hechos dentro de la historia.

Fusión de tiempos y espacios. El tiempo puede ser cíclico o acrónico, y los espacios pueden superponerse, reflejando la complejidad de la experiencia humana, como sucede en el caso de Pedro Páramo o la Invención de Morel, donde los autores juegan con los límites entre la ilusión y la realidad hasta convencernos de que dicha división no existe.

¿Quiénes son los principales representantes del realismo mágico y sus obras? Gabriel García Márquez: El maestro del realismo mágico. Gabriel García Márquez nació en Colombia en 1927 y vivió gran parte de su vida en la Ciudad de México. Este escritor es, sin duda, uno de los pilares del realismo mágico. Su obra maestra, Cien años de soledad, es un viaje épico a través de la historia de la familia Buendía en el mítico pueblo de Macondo. García Márquez entrelazó lo mágico con lo real para escribir la historia de la opresión en América Latina; una obra de are que redefinió la narrativa en español y que incluso le otorgó un Premio Nobel de Literatura en 1982. También es el autor de otras novelas reconocidas que forman parte de este movimiento literario, como Amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte anunciada, La Cándida Eréndira y otros relatos que se caracterizan por la belleza de mágicas metáforas que describen la realidad cotidiana de sus personajes, dibujando el complejo, hermoso y difícil panorama que es Latinoamérica.

Isabel Allende: vocera del realismo mágico en el mundo. Isabel Allende nació en Perú, vivió en Chile, y actualmente tiene su casa en Estados Unidos. Como migrante latinoamericana, ha llevado el realismo mágico a una audiencia global. Su novela La casa de los espíritus es una historia familiar que entrelaza lo político y lo personal, lo histórico y lo místico, abriendo el camino a las historias femeninas en el mundo de la literatura colocando a sus personajes femeninos como protagonistas (algo que, sobra decir, no se veía comúnmente). Allende utilizó los elementos para explorar temas de amor, pérdida y resistencia, creando personajes memorables que habitan un mundo donde los espíritus, los ancestros y los sueños son tan reales como las personas vivas.

Juan Rulfo: El cronista de las almas perdidas. El escritor mexicano Juan Rulfo dejó una marca indeleble en el realismo mágico. Su novela Pedro Páramo, breve pero acertada, narra la historia de un hombre que visita un pueblo en busca de su padre. Rulfo utiliza lo sobrenatural para revelar las profundidades del alma humana y la desolación del México rural, creando un ambiente donde los muertos tienen tanto protagonismo como los vivos.

Laura Esquivel: La magia del amor y la comida. Laura Esquivel, nacida en México en 1950, aporta un toque único al realismo mágico con su novela Como agua para chocolate. La historia de Tita, cuyos sentimientos se expresan a través de su cocina, combina lo místico con lo sensual; la magia con el cuerpo. Esquivel utiliza la comida como un vehículo para explorar emociones y tradiciones familiares, creando un relato donde lo cotidiano se transforma en algo extraordinario (o lo extraordinario en algo cotidiano), haciendo que los lectores saboreen el poder de la magia en cada bocado.

Alejo Carpentier: El descubridor de lo real maravilloso. Alejo Carpentier, nacido en Cuba en 1904, es otro pionero del realismo mágico, aunque él prefirió el término de “lo real maravilloso”. En su novela El reino de este mundo, Carpentier explora la historia de Haití a través de una lente que celebra lo mágico en lo real. Sus obras a menudo combinan la historia y el mito, subrayando cómo la cultura y las creencias pueden transformar la realidad en algo profundamente maravilloso.

¿Cuál es la importancia del realismo mágico? El poder del realismo mágico reside en que nos invita a cuestionar la naturaleza de la realidad y a aceptar lo inexplicable como parte de la vida. Al hacerlo, le permite a personas de todo el mundo acercarse la perspectiva latinoamericana, acostumbrada a mirar el mundo desde un lugar donde lo maravillosamente extraño es simplemente natural, y la vida cotidiana se sostiene de supersticiones, sonidos, olores y acontecimientos que le dan un aura misteriosa que suspende la vida de sus habitantes entre lo mágico y lo despiadado, metaforizando así la complejidad de nuestra historia.

*Columnista. Psicóloga. Máster en Psicoanálisis y Filosofía

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