Por: Andrés Bohórquez Canizales*
Soy un defensor de los Derechos Humanos por convicción y tuve la oportunidad de vivir experiencias poderosas en mi vida que me permitieron entrar en una conexión profunda con el servicio social. Desde que conocí el control social y tuve conciencia que podemos transformar vidas, no ha cesado el interés por ayudar a los demás.
Desde el año 2002, he transitado un camino difícil para ayudar a los demás y recuerdo mucho que el primer barrio al que impactamos fue La Paz, en la localidad de Santa Fe en Bogotá, D.C. Sin embargo, hoy, 20 años después, soy líder social, activista político y con un récord importante de ayudas sociales y ello me lleva a preguntarme algo: ¿Cómo es posible que los líderes sociales hagan las cosas con gusto por su comunidad e impacten más que sus mismos dirigentes?
Para el efecto tomaré el municipio de Coello, en el Tolima, como ejemplo. Este es un municipio de sexta categoría, donde sus Concejales no entienden qué es hacer control político. En un estudio de las actas de cada una de las sesiones del Concejo, desde que se posesionaron hasta junio del presente año y diferentes respuestas a derechos de petición, encontré lo siguiente:
1. No se hizo control político a la administración.
2. No se elevaron cuestionarios.
3. No se inició ningún proceso disciplinario por parte de las autoridades competentes por solicitud de los miembros de la Corporación y
4. Las actas solo se traducían en felicitaciones y en señalar que eran bienvenidos a un control político que nunca hubo. Adicionalmente, en sesión señalaron que eran mal pagos y otros refirieron que era una actividad desagradecida.
Me atrevo a señalar que ellos no saben qué es el control político, desconocen el poder de la credencial y de los contrapesos que deben realizar al manejo inapropiado de los recursos. Desconocen por completo la importancia significativa de las Veedurías y los líderes sociales, a tal punto que alguno se refirió respecto de un periodista de oficio como un fotógrafo de una veeduría, en tono sarcástico. Se vienen las elecciones y la comunidad se ha visto beneficiada más por la labor de los líderes sociales que de los miles de millones que se invierten y pierden en dicho municipio. Sin embargo, algunas familias hoy son nuevos ricos y algunas personas que ostentan títulos nobiliarios, pero son tratados como verdaderos servidores públicos, inclusive, con personal a disposición.
Todo ello para señalar que el Concejo tiene un importante rol dentro de la actividad municipal, principalmente, con las siguientes funciones:
1. Control político: es decir, controlar las inversiones que impacten o se realicen en su municipio, especialmente las que se llevan a cabo con recursos municipales y
2. Actividad normativa, que se traduce en aquellos acuerdos cuya finalidad es el bienestar de la población.
A pesar de que los Concejales electos deben tomar un curso respecto de su actividad, la realidad supera el deber ser y creo que muchos ceden hacía las mieles del poder del dinero o de las ayudas brindadas por el Alcalde o sus padrinos políticos; otros simplemente desconocen por completo la actividad y basta decir “presente” o “hasta luego” y por qué no, un número importante solo piensa en hacer transacciones políticas y llegar al poder a través de meros acuerdos económicos.
Termino señalando que existen normas respecto de las funciones de los Concejales, que además existen varias disposiciones respecto de la buena forma en la que se debe ejecutar la labor de concejal, pero la miel del poder es tan grande, que cuando llegan allí se olvidan de dónde venían, por qué razón luchaban, se olvidan del sentido que le dieron al objetivo de ser concejales y llegada las nuevas elecciones, solo piensan en repetir, repetir y repetir.
*Andrés Bohórquez Canizales. Abogado. Especializado en Derecho Administrativo. Gerencia del Riesgo y Prevención de Desastre. Responsabilidad Penal de los Servidores Públicos y Delitos contra la Administración Pública. Magister en Derechos Humanos. @JabcusOficial