JOSÉ MANUEL HERRERA VILLA

Por: José Manuel Herrera Villa*

La demasiada regulación, es claro, sostienen académicos y tratadistas de reconocida importancia internacional, terminan siendo un obstáculo significativo en el desarrollo de políticas públicas efectivas, lo que nos debe llevar explorar las causas y consecuencias de este fenómeno para la sociedad, toda vez que lo regulatorio en extremo se distingue lleva a exceso en tal sentido y trámites burocráticos a granel que dificultan la eficacia y eficiencia de la gestión gubernamental, problemática que afecta empresas, emprendedores y también la capacidad de respuesta del Estado ante desafíos sociales y económicos.

Entre las principales causas de lo cual se encuentra la falta de coordinación entre los organismos reguladores, que lleva a la proliferación de regulaciones redundantes y contradictorias generando confusión y obstáculos sumatorios para las entidades reguladas como para los ciudadanos en general.

Nefastas son sin duda alguna las consecuencias nefastas de las políticas públicas de campo regulatorio, ya que normalmente los gobiernos colapsan tratando de adaptarse a situaciones cambiantes t terminan por ser incapaces de enfrentar las nuevas problemáticas de manera eficiente y sostenible, lo que nos dice que es más la amplitud normativa que la rigidez, lo que dificulta la implementación ágil de políticas perpetuando n consecuencia los problemas sin solución, además que entorpece la facilidad de hacer negocios y competitividad; de ahí que si económicamente queremos crecer, importa que se den facilidades para hacer negocios y haya de contera seguridad jurídica, aspecyo en el que igual se falla.

Razones las dichas por lo que para adentrarnos en cuanto respecta a esa asfixia regulatoria desde la visión de las políticas públicas, se impone como enfoque integral y en primer térmico la simplificación administrativa, esencial para compendiar y agilizar los trámites burocráticos, eliminando regulaciones innecesarias y promoviendo la digitalización de los procesos administrativos, lo que permitirá reducir la carga administrativa y fomentar la creación de un entorno más propicio para la innovación y el crecimiento.

Así mismo, la evaluación de impacto, lo que se traduce en la necesidad de implementar mecanismos de evaluación de impacto de las regulaciones, de manera que se pueda analizar el costo-beneficio de cada normativa, a través de estadísticas confiables, trasparentes y de acceso público. La coordinación interinstitucional, en lo que fundamental es promover la coordinación entre los diferentes organismos reguladores para evitar la proliferación de regulaciones contradictorias o redundantes, que facilitará la implementación de políticas coherentes y eficientes. La participación ciudadana, que es importante fomentarla en el proceso de elaboración y revisión de regulaciones, ya que la inclusión de diferentes actores sociales competentes en la toma de decisiones contribuye a generar normativas más equilibradas y ajustadas a las necesidades de la sociedad. Capacitación y recursos, aspecto sustancial, toda vez que brindar capacitación y recursos adecuados a los organismos reguladores les mejorará su capacidad de diseño e implementación de políticas públicas, debiendo incluirse el fortalecimiento de sus capacidades técnicas y la promoción de la especialización en áreas relevantes. Monitoreo y evaluación, son aspectos a los que se les debe establecer a las regulaciones y políticas públicas implementadas, a efecto de identificar las que no cumplan con sus objetivos y generar los consecuentes ajustes necesarios.

En esencia tenemos sobre este especial particular, que promoviendo un marco regulatorio más ágil, transparente y eficiente, las políticas públicas podrán cumplir con su objetivo de promover el desarrollo económico y social, protegiendo al mismo tiempo los derechos y la calidad de vida de los ciudadanos, lo que hace necesario encontrar un equilibrio protección / promoción, fomentando la innovación y la competitividad sin descuidar lo social, cultural ni ambiental, debido a que solamente mediante un enfoque integrado y una gestión eficiente de las regulaciones podremos superar el agobio regulatorio y avanzar hacia políticas públicas más efectivas y sostenibles.

*Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación, Evaluación y Gerencia de Proyectos de Desarrollo

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