Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

La llegada al país de Salvatore Mancuso, siniestro y funesto personaje, exjefe paramilitar responsable de múltiples crímenes, tiene consigo enormes implicaciones, más allá de los supuestos alcances y beneficios de su designación que como Gestor de Paz fuera dispuesta por el mandatario actual, situación que no deja de ser una afrenta desobligante para la mayor parte de las familias que fueron víctimas de sus atropellos, persecuciones, secuestros, violencia sexual, desapariciones, asesinatos selectivos y masacres, desplazamientos, despojo de tierras, terrorismo, etcétera.

La mayor parte de los colombianos coincide con Gustavo Petro, en sus propuestas por conseguir para Colombia LA PAZ TOTAL. Sin embargo, sobre las mismas, concurren toda una serie de discrepancias relacionadas con las formas, los mecanismos y los alcances dispuestos para facilitar los diálogos y conversaciones con los diferentes actores del conflicto armado, en busca de consolidar con cada uno de ellos los procesos de paz. Porque esa, es una labor compleja, llena de dificultades de todo tipo, en especial las relacionadas con la seriedad en el cumplimiento de quienes convengan en negociar y deponer sus acciones violentas.

Pero volviendo al personaje que nos ocupa, con su regreso a Colombia después de 16 años de cárcel en E.U., donde sólo fue condenado por narcotráfico, es de especial interés, dada su importancia como uno de los lideres más visibles en el conflicto armado colombiano de las últimas cuatro décadas. Este ingeniero civil egresado de la Javeriana y con estudios en la Universidad de Pittsburgh, Pensilvania, reconocido ganadero del Departamento de Córdoba, fue uno de los fundadores junto a los hermanos Vicente y Carlos Castaño del grupo paramilitar de las AUC (AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA), acusados de ser los principales responsables de casi la mitad de las víctimas letales y desapariciones, a lo largo de Antioquia, los Santanderes, Córdoba, Bolívar, Sucre, Cesar, Magdalena y la Guajira, siendo el actor armado más violento del país, según se concluyó en el INFORME FINAL SOBR EL CONFLICTO ARMADO publicado por el CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTORICA, cuya sede, que pocos conocen, queda en las inmediaciones del cementerio central de Bogotá.

En consecuencia, debemos recordar que las AUC, terminaron involucradas y vinculadas a las fuerzas militares, con alianzas con las CONVIVIR (grupos iniciales de autodefensas impulsadas por la gobernación de Álvaro Uribe Vélez), que les facilitaron infiltrarse al Ejército, la Policía, al desaparecido DAS, en la Fiscalía, con líderes ganaderos y políticos regionales, que terminaron apoyando y siendo apoyados por estos durante los aciagos años del conflicto.

Con la designación de Mancuso como Gestor de Paz, lo que busca Petro, es que éste sirva para mediar con los herederos del Clan del Golfo y con los diferentes grupos residuales que quedaron después de la desmovilización de los paramilitares, para que depongan sus acciones violentas, dejen sus negocios ilegales y se vinculen a los acuerdos de Paz Total y si esto se consigue, “sería un proceso serio en la reconciliación del país”. (Fuente: CNN en español).

*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

TEMA ENLAZADO: MANCUSO (II): JUSTICIA, VERDAD, REPARACIÓN Y PERDÓN

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