Por: Julián Martín Ruíz Frutos*
Política, es el conjunto de actividades que se asocian con la toma de decisiones en grupo u otras formas de relaciones de poder entre individuos, como la distribución de recursos o el estatus; el pluralismo político, es un principio ideológico que considera la división de la sociedad en diversos grupos sociales con ideas e intereses diferentes como una fortaleza y no como una debilidad; y, democracia, es aquella donde los ciudadanos ejercen el poder político a través de sus representantes, elegidos mediante el voto, en elecciones libres y periódicas.
Hoy por hoy el pluralismo es una realidad en la democracia que se ve reflejada a través de la diversa existencia de partidos políticos, que en las contiendas electorales buscan ocupar espacios de representación popular. Garantizar a la ciudadanía la libertad de expresarse y asociarse, en un marco de respeto y tolerancia debe ser uno de los principales objetivos de cualquier gobierno que actualmente se ostente como democrático, sin importar la disparidad de opiniones, propósitos y propuestas, incluida la facultad de disentir y oponerse, entendiéndose igualmente legítimas todas las opciones, que es lo que configura el pluralismo político, elemento sustancial del sistema democrático; de ahí que en todas las justas electivas se deba vigilar y priorizar el hecho que la ciudadanía pueda elegir entre opciones en ámbitos de respeto y tolerancia; toda vez que resulta necesario que se presenten diferentes alternativas políticas, para poder hablar de una democracia real, la cual resulta incompatible con regímenes antidemocráticos.
Muchas facciones políticas en diversas ocasiones, tal vez las más, dan muestra de poder conducirse como un frente, sin embargo, no son la mayoría de la veces capaces de poder prolongarse a largo plazo ni convertirse en consecuencia en una real como verdadera alternativa de poder, ya que descuidan los acercamientos con la comunidad y la ciudadanía, lo que decrementa su popularidad y no reafirma lo cual la legitimidad de los proyectos de gobierno, dando paso al avance de la oposición, que muchas veces sin ser fuerte ni tampoco lo que se quiere, camina rauda ante los desmanes de quienes mal y peor ostentan el poder en sus momentos.
Pluralidad y competencia no son malas, sino una condición necesaria en las democracias, por ello es que las justas electivas necesiten de la participación de diversos partidos políticos, ojalá suficientemente fuertes y que brinden además un abanico de opciones para la ciudadanía en particular y comunidad en general; ahí es en donde los partidos tienen que desplegar una labor verdaderamente eficiente, ya que más allá de existir, requieren brindar alternativas reales a la ciudadanía, si es que buscan subsistir, y un trabajo aún mayor si no quieren enfrentarse a fuerzas políticas avasallantes si quieren terminar con electorales desventajas.
* julianruizfrutos@hotmail.com – Abogado. Especializado en Derecho Laboral