Por: Luis Gilberto Ramírez Calle*
Ante el reto de la criminalidad, los nuevos desarrollos tecnológicos deben brindarle a la Policía la posibilidad de proporcionar a la ciudadanía nuevos instrumentos para su colaboración. Motivarlos para que cuando vean actitudes sospechosas informen, graben, tomen una fotografía y la envíen a la autoridad. Hacer que haya una interlocución permanente entre la policía y los ciudadanos, que esas contribuciones se den, para tener evidencias que se puedan convertirse en pruebas en los estrados judiciales que permitan ser más eficientes frente a la criminalidad. Es definir sinergias, nuevas dinámicas entre los distintos niveles y ambientes de trabajo, fundamentales para responder de manera efectiva a los retos que debe afrontar la Policía, logar mayores coordinaciones y articulaciones. Reafirmar los compromisos a todo nivel en materia de seguridad, mediante un trabajo sincronizado y armónico a nivel interno y con los demás organismos del Estado.
Es ir sin desmayos tras la defensa de la ciudadanía, acudir a todo cuanto ayudar pueda, garantizar a sus miembros sus fundamentales derechos, tener un fortalecido marco legal que permita a los organismos que llevan a cabo estas actividades, cumplir con su misión constitucional y legal. Es rodear de garantías el trabajo policial, para que los éxitos sean más, mejores y más continuos, lo mismo que velar por el bienestar de sus miembros, siempre corto ante la magnitud de sus acciones y abnegación en la lucha por una patria mejor.
No puede nunca la Policía bajar la guardia ni retroceder ni un milímetro frente a lo avanzado. La seguridad es un bien colectivo que debe enfocarse en arreciar a ofensiva contra todas las manifestaciones de criminalidad, en la verdad que es su misión mantener el foco con disciplina, en mejorar en términos concretos y medibles, en reducir la criminalidad, en la percepción de confianza y de seguridad de la gente. Intensificar la tarea de contactos permanentes policías / ciudadanos. Hacer a la ciudadanía parte de la solución a los retos de seguridad que día a día hay que enfrentar, a fin que brinden información, y adviertan sobre tendencias preocupantes que permitan reaccionar colectivamente frente a los retos de seguridad, que hoy más que nunca corresponden a un esfuerzo colectivo en donde cada eslabón asuma su compromiso.
Importará siempre sobremanera fortalecer a la Policía y liderar los esfuerzos por la seguridad ciudadana. Robustecer la inversión social como un propósito esencial en las tareas de seguridad. La seguridad de los ciudadanos no solamente puede comprometer el esfuerzo de la Policía, sino el de todos. Interesa utilizar ese grande liderazgo social que la propia comunidad les atribuye enfrentando conductas contravencionales, estimulando buenos valores, enfrentando comportamientos irregulares cuando todavía es temprano y podemos salvar vidas gracias a una adecuada reacción de la Policía. Es pasar del círculo vicioso de recriminaciones y señalamientos, al círculo virtuoso donde todos asumamos nuestra responsabilidad y entendamos que podemos hacer mucho más por la seguridad colectiva, lo cual incluye a los ciudadanos que tienen mucho que aportar en esta materia, ya que buena parte de la violencia que tenemos y de los antivalores que hemos construido se anidan en esos escenarios de violencia intrafamiliar, que no se han enfrentado en manera suficiente.
Tenemos que comprometernos todos en la causa de la seguridad, construir, valores, empatía, resiliencia, convivencia, solidaridad, respeto, tolerancia, en la verdad, entendimiento y compresión que esta es una causa de todos y de nuestra actuación dependerá en gran medida reducir sustancialmente la criminalidad, lo que nos hará sentir confianza en nuestra perspectiva de orgullosamente derrotar el delito.
* Luis Gilberto Ramírez Calle General (r) Ponal. Administrador. Asesor y Consultor en Seguridad, Inteligencia y Defensa Nacional. Abogado. Especializado en Derecho Administrativo