Ec. Omar Escobar

Se dice que desde 1897, José Manual Marroquín gravo el consumo al tabaco, como un impuesto más para financiar el presupuesto nacional en el corto plazo y fue en 1963 cuando se creó el IVA,  que oscilaba entre el 3% y el 10%. Posteriormente, las reformas tributarias se convertirían en los parches que ayudan a remendar el déficit fiscal, creado por las administraciones públicas y de alguna manera garantizar la estabilidad democrática de los gobiernos de turno.

Cabe resaltar como en el gobierno de César Gaviria, se expidieron 4 leyes y un decreto: Ley 44/90, 49/90, 6/92, 100/93 y Decreto 1744/91. El gobierno de Ernesto Samper expidió 3 leyes: Ley 174/94, ley 223/95 y Ley 383/97. Andrés Pastrana, Decretos 2330 y 2331/98 y Ley 633/2000. Álvaro Uribe, 4 leyes: Ley 788/2002, Ley 863/2003, Ley 1111/2006 y Ley 1370/09. Juan Manuel Santos, 4 leyes: Ley 1430/2010, Ley1607/12, Ley 1739/2014 y Ley 1819/16. A la fecha, Iván Duque iba por su tercera reforma, que busca un recaudo de 25,4 billones (2,2% del PIB). Esperaban recaudar $10,5 billones, a través del impuesto sobre las ventas (IVA), otros $16,8 billones por ampliación base tributaria a personas naturales y los últimos $3 billones por impuestos a personas jurídicas.

Es decir, 27,3 billones serían aportados por las familias colombianas de todos los estratos…casi el 90% de la población colombiana financiaría el deteriorado presupuesto nacional, que entre otras siempre viene operando bajo “déficit”; muy común en la economía pública bajo un modelo capitalista. El déficit esta vez pasó del 3,1% en 2018 al 7,8% en 2020, mientras que la deuda neta que adquiere el gobierno nacional, pasó del  46,3% en 2018 al 60,5% en 2020, según cifras del mismo gobierno.

Lamentablemente todas las reformas tributarias, están enfocadas principalmente a tapar huecos fiscales, con el esfuerzo de la población civil, pero jamás hay un recorte o ajuste en las instituciones del Estado, por ende, las reformas son paños de agua tibia a un problema estructural. 

Entre varios ejemplos, cabe destacar que el costo mensual por la nómina  del congreso al año es de $316.872.024.000 o (0,31billones); relativamente es una cifra muy baja para un Carrasquilla, quien pretendía 25 billones, sin embargo si miramos la composición del presupuesto nacional en 2020, cuyo valor alcanzó los 272 billones, de los cuales, el 63% ($172 Billones)) es absorbido para gastos de funcionamiento, el 21% ($59,2) para deuda y el 14% ($40,3)para inversión; claramente surgen las respuestas al déficit y escaso desarrollo. Un déficit se origina por improductividad, por tanto, una reforma equitativa, comenzaría por analizar la erogación más significativa en funcionamiento…es allí  donde están los onerosos gastos improductivos a través de nóminas que van desde el congreso de la república, el aparato judicial, defensa, la deuda pensional y los subsidios estatales, entre otros, que han contribuido desde hace décadas a la creación del déficit público. El déficit público conlleva a crear un déficit en las poblaciones más vulnerables, no se olvide que según la reforma de este año, las empresas, solo aportarían el 10%; esta es una forma de acumulación y protección del gran capital, bajo la receta “todos ponen y uno gana”…

Fuente: cuadros https://www.larepublica.co/economia/los-puntos-que-incluira-la-tercera-reforma-tributaria-del-periodo-de-ivan-duque-3143224

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