Por: David Gonzalo Duarte González*

Importaría siempre y por siempre que, en el radar de todos, sin excepción, se encuentre lo relacionado con la sanidad, con la salud pública, esa especialidad no clínica de la medicina enfocada en la promoción, prevención e intervención de la salud desde una perspectiva multidisciplinaria y colectiva, ya sea a nivel comunitario, regional, nacional o internacional, es decir, no centrada en el individuo, sino en el colectivo; así como que se tenga presente que en ello se tenga también la confesada aspiración de profundizar en el principio de una sanidad pública, universal y gratuita.

Además de lo cual, que no se extravíe en las urgencias políticas y económicas de la vida pública, aunque son éstas de directa afectación a la vida diaria de las personas, nada menos que al cuidado de la salud, especialmente la de los más vulnerables, de los marginados, de los menos favorecidos por la fortuna, lo que, en clave ideológica, como se suele significar, es propio que esto venga acompañado por una fuerza social y democrática comprometida como debe ser, con el valor de lo público.

La salud tiene que ser y actuar un pilar básico del llamado Estado del bienestar, ampliarse como derecho fundamental de la ciudadanía, ser principal compromiso gubernamental con los sistemas públicos de salud; entender, comprender y tener perfectamente asumido que el mantenimiento y la mejora del sistema público de salud es una política de Estado, sin que eso suponga declarar la guerra a la sanidad privada, lo que sería un disparate; ya que de hecho y es evidente, la sanidad privada está siendo un complemento necesario que cubre las deficiencias del servicio público cuando estas se presentan.

Lo ideal, entendido lo cuál en defensa de una aspiración ampliamente compartida, es dotar a la sanidad pública de un grado de excelencia, que se modifiquen diversas normas para consolidar la equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud, avanzar en la ampliación del derecho básico y mejora la calidad de vida de los ciudadanos, lo que será a todas luces bienvenido.

No podemos olvidar que la salud Pública es la disciplina dedicada al estudio de la salud y la enfermedad en las poblaciones. La meta es proteger la salud de la población, promover estilos de vida saludables y mejorar el estado de salud y bienestar de la población a través de programas de promoción y protección de la salud y prevención de enfermedades. Además, provee información, adiestramiento y las destrezas necesarias para mejorar la efectividad y la prestación de servicios médicos, al tiempo que contribuye al conocimiento a través de la investigación y la aplicación de las ciencias poblacionales y sociales a los problemas de salud de individuos y poblaciones.

Es igualmente, la respuesta organizada de una sociedad dirigida a promover, mantener y proteger la salud de la comunidad, y prevenir enfermedades, lesiones e incapacidad, siendo su propósito fundamental alcanzar los más altos niveles de bienestar físico, mental y social, de acuerdo a los conocimientos y recursos existentes, razones por la que importa que se le provea de más valor en beneficio de la población.

*Profesional de la Salud. Especializado en Gerencia en Seguridad en Salud en el Trabajo. dago1286@hotmail.com