Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

En el artículo anterior, terminaba manifestando que, para el actual Gobierno, la reforma de la salud implicaba que: “Son retos que enfrenta la propuesta de reforma, por cuanto, aunque el Sistema, ha sido elogiado a nivel global, enfrenta las malas gestiones, el aumento de los costos de la atención médica y sobre todo la corrupción, hechos que afectan y hacen cada vez más difícil asegurar el financiamiento normal del Sistema.” Y señalaba además que con la misma, éste pretende “recuperar para el Estado el control de los recursos públicos para garantizar entre otros, la calidad en la atención primaria de las poblaciones rurales y marginales, las mejoras laborales para los trabajadores de ese sector, el fortalecer la llamada medicina preventiva, el acceso a los medicamentos esenciales, etc.”

Sin embargo, sortear los poderosos intereses económicos que giran en torno a la generalizada y cuestionada administración de las EPS, conlleva para la mayoría de los usuarios, dejar de percibir y de reprochar que las mismas, hayan convertido los servicios de salud, en prósperos negocios, donde prevalecen los intereses financieros sobre los servicios integrales de salud.

Con estas apreciaciones preliminares, no pretendo apoyar dichas interpretaciones, pero, en busca de exponer con equilibrio la realidad actual de estos servicios, estimo pertinente reseñar a cada una de las entidades involucradas en las políticas de la salud en el país, de las que además de las citadas EPS, hacen parte los tres regímenes de cobertura, el RS (Régimen Contributivo), el RS (Régimen Subsidiado), vinculados entre sí por medio del fondo de recursos FOSYGA (Fondo de Solidaridad y Garantías), las ARP (administradoras de Riesgos Profesionales), la ASN (Autoridad Nacional de Salud), el CNSSS (Consejo Nacional de Seguridad Social), los COVE (comités de Vigilancia Epidemiológicas), la CRES (Comisión de Regulación en Salud), el CONPES (Consejo Nacional de Política Económica y Social), el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), la DNP (Departamento Nacional de Planeación) y finalmente la ADRES (Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud), encargada de las fuentes de financiación del sistema de salud, entidad con naturaleza especial, semejante a una empresa industrial y comercial del Estado, con autonomía administrativa, financiera y patrimonio independiente, adscrita al Ministerio de Salud y Protección Social, que administra la base de datos única de afiliados, registrando información de todos los asegurados en los regímenes contributivos, subsidiados, de excepciones especiales y entidades prestadoras de planes voluntarios de salud, encargada de gestionar y proteger el uso adecuado de los recursos para la prestación de estos servicios, como de los pagos, giros y transferencias que realizan a los diferentes agentes que intervienen en el sistema.

Ante esta multiplicidad de entidades involucradas, que de una u otra forma participan en la dirección y el manejo de la salud, es comprensible deducir las enormes complejidades que concurren en torno a cualquier proyecto de reformarla.

*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

TEMA ENLAZADO: https://elderecho.com.co/la-salud-cronica-de-una-crisis-anunciada-i/

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